El Cerro de las Motillas se localiza en el extremo oriental de la provincia de Cádiz, en el Parque Natural de los Alcornocales, sirviendo de límite entre esta y la de Málaga. Su extremo occidental pertenece al término municipal de Jerez de la Frontera (Cádiz) y el extremo oriental a Cortes de la Frontera (Malaga).
El complejo kárstico del Cerro de las Motillas constituye un afloramiento de calizas y dolomías del jurásico y cretásico superior sobre las areniscas del Aljibe de época Triásica. La estructura del karst está formada por una intrínseca red de cavidades con conexiones en diversas galerías. En la formación del enrejado de galerías tienen fundamental importancia las simas-sumidero, destacando sobre las demás el Sumidero del Ramblazo, por el que se pierde el arroyo del mismo nombre y que constituye la boca superior del Complejo, y el de Parralejo, que drena las aguas del torrente de la Guindaleta. También forma parte de esta estructura la Cueva del Agua, Cueva de las Motillas, Sima GIEX, Sima de los Cochinos y la Sima de la Murcielaguina.
Aunque ya el hombre prehistórico dejó sus huellas en varias cavidades del Cerro, las primeras referencias escritas que se conocen como verdaderas exploraciones datan del siglo XVIII, cuando en Mayo de 1762, el cura de la Villa de Cortes, Francisco Xavier Espinosa y Aguilera, acompañado de Francisco Garcés, Presbitero, Cura y Teniente de esa Parroquia, relatan una descripción geográfica y topográfica de la zona, donde se hace referencia al denominado "Sitio de las Motillas" y a la travesía que hacen tres jóvenes (uno de Cortes y los otros dos de Ubrique) desde la Cueva de las Motillas al Sumidero de Parralejo.
Y no es hasta el año 1974 cuando el GERS de San Fernando (Cádiz), el GIE y GEX de Jerez de la Frontera, de forma independiente comienzan las exploraciones; posteriormente el GERS invita a la SEII de Madrid que también inicia sus andaduras por el Complejo para proseguir, tras la fusión del GIE y GEX en el actual GIEX, conjuntamente las exploraciones desde 1979. Desde entonces, el peso de los descubrimientos constantes ha recaído en el GIEX de Jerez de la Frontera con revisiones del Complejo y zonas colindantes.
Comenzamos nuestra visita a la zona tras muchos kilómetros de coche por un carril que pondrá a prueba la amortiguación del cualquier vehículo.
La primera visita la haremos al sumidero del Ramblazo.
El Sumidero del Ramblazo es la boca superior del Cerro de las Motillas y recoge las aguas de un pequeño torrente estacional que después de 160 m. de desnivel y mas de 2.500 m. de recorrido sale por la Llamada Cueva del Agua.
La entrada del sumidero es un pequeño resalte de 5 metros de profundidad.
Aquí vemos otro distante del anterior, al Sumidero del Parralejo.
Foto realizada por Diego Mendoza
El sumidero del Parralejo drena las aguas del torrente de la Guindaleta. Es sin duda el mayor y más espectacular del sistema, con una cuenca vertiente de unos 5 km2, Por su entrada de grandes dimensiones se precipita una cascada en épocas de avenida.
Nada mas descender el amplio pozo de 20m. encontramos una bifurcación que por un lado nos lleva a la Cueva de las Motillas a través de una galería fósil de 800m. de recorrido y por otro nos conduce a la zona activa que tras 2Km. nos situará en la Cueva del Agua. A pocos centenares de metros de la entrada, en la llamada sala de la encrucijada se incorporan las galerías procedentes del Sumidero del Ramblazo.
En la denominada Galería Fósil se encuentra la unión con las Simas de la Murcielaguina y Cochinos, antiguas entradas del Complejo. También esta misma galería nos conducirá a la Cueva de las Motillas y del Quejigo.
Foto realizada por Diego Mendoza
La Cueva del Agua
La Cueva del Agua es la boca inferior del sistema del Cerro de las Motillas. Conecta con el resto del sistema por un paso superior.
Foto realizada por Diego Mendoza
Y llegamos a la Cueva de las Motillas, que fue sin duda una de las surgencias de agua del Complejo, pero el descenso del nivel de los sistemas kársticos hizo que surgieran en la actualidad por la Cueva del Agua.
Cueva de las Motillas
La Cueva de las Motillas es la que presenta un mayor interés, bien sea por sus amplias dimensiones y recorrido, como por la profusa decoración de manifestaciones artísticas (grabado y pintura).
D. Gabriel Puig y Larraz cita la Cueva de las Motillas , en su obra "Cavernas y Simas de España" publicada en 1896, como un lugar en que se explotaba la murcielaguina. Y el famoso Abate Henri Breuil, cita la cavidad en un artículo sobre fauna cavernícola recolectada en los primeros 400 metros de la Cueva de las Motillas, entre los años 1911 y 1913 y publicado en 1914 por los biospeleólogos R. Jeannel y E. Racovitza.
Preocupa la protección de colonias de murciélagos que vienen sufriendo alteraciones con la presencia masiva de curiosos, que a veces inconscientemenete causan serias agresiones a las colonias, ignorando las épocas de cría o hibernación, tan importantes para el desarrollo y la supervivencia de estos mamíferos, o del hecho de que algunas de las especies están en peligro de extinción. También, el fuerte incremento de "visitantes no controlados" que ha soportado la cueva en los últimos diez años, ha repercutido de forma irreversible en los diversos yacimientos prehistóricos y en las manifestaciones rupestres que se conserva en sus paredes y techos, contribuyendo a su parcial destrucción.
La cavidad se encuentra protegida en la actualidad y no está permitido el acceso a la misma salvo para la realización de trabajos de interés.
A escasa distancia hay otro acceso a la misma cueva, conocida como "la Motilla chica", que también se encuentra protegida.
Cueva del Higueral. Las intervenciones arqueológicas efectuadas en esta cueva han hallado restos que se remontan al periodo Solutrense. En sus paredes hay estrías que corresponden al afilado de instrumental lítico.
Cueva del Higueral
También es refugio de quirópteros cavernícolas.
El otro acceso a la Cueva del Higueral.
Se deduce por qué le llaman Cueva del Higueral.
No la hemos colocado, crece aquí, aprovechando sus raíces un resquicio en la piedra
Continuamente nos desplazamos por el karst. Está claro que no nos gustan mucho los senderos.
A veces hay que quitarse la mochila para poder pasar
Y bajamos a tierra firme.
Felicitaciones por esta nueva entrada, y siento mucho mucho la pérdida de tu GPS. Un saludo.
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