Ha pasado tiempo desde que hicimos esta ruta pero precisamente eso es lo que me falta: tiempo para poder publicar todo lo que voy acumulando en el disco duro. Esta vez nuestro recorrido parte del pueblo de Benocaz hacia el Puerto de Don Fernando, descendiendo luego por el interior de la falla del Salto del Cabrero hasta el manantial del Hondón. Continuaremos por la Colada de la Cuesta de las Higueretas que transcurre paralela al arroyo Pajaruco hasta su confluencia con el río Tavizna, enlazando a continuación con el Cordel de Grazalema que nos dejará en las inmediaciones del Castillo de Aznalmara. Tras una breve visita a esta fortaleza nazarí continuaremos paralelos al río hasta el puente donde finaliza nuestra ruta.
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
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Pueblos cercanos | Benaocaz (Cádiz) |
Paraje, Parque... | Parque Natural Sierra de Grazalema |
Comienzo | Inicio del Sendero del Salto del Cabrero desde Benaocaz |
Final | En el pontón de Tavizna |
Distancia aprox. | 16 km |
Tiempo | 8 horas (paradas incluidas) |
Desnivel - Alturas | Inicio: 770 m. (Benaocaz) - Altura máxima: 923 m. (Mirador del Corredor del Boyar) - Altura mínima: 290 m. (Tavizna) |
Dificultad | Media - Alta |
Trazado | Lineal |
Track | Descargar aquí |
Comenzamos en el pueblo de Benaocaz. El grupo lo componemos Ana, Antonio, Mari Carmen, Jose Manuel y un servidor.

Enlazamos con el comienzo del Sendero del Salto del Cabrero, que a través del Puerto de Don Fernando finaliza en el mirador de esta impresionante falla.

Avanzamos por este camino empedrado que corresponde al antiguo "Camino del Puerto de Don Fernando".

Pronto llegamos a este puente sobre el arroyo Pajaruco, que a pesar de su apariencia medieval parece que fue construido en el año 1944.

Vamos hacia aquel collado. En la peña que vemos a la izquierda está situada la formación rocosa conocida como "el ojo del moro".

Vamos subiendo y comenzamos a tener bonitas vistas de Benaocaz y de la Sierra del Caillo.

Benaocaz

Una calera en nuestro camino. En este paraje hay un total de tres caleras. Esta construcción a modo de horno sometía durante tres días y tres noches a elevadas temperaturas las rocas calizas para obtener la cal. Con ella se blanqueaban las fachadas de las casas, acción conocida como encalijo. También se usaba para desinfectar establos, aguas, animales enfermos e incluso personas. Hasta el siglo pasado fue como el cemento en la actualidad, se mezclaba con arena o arcilla y se utilizaba para unir piedras o ladrillos.

Con las mismas piedras calizas se construía una estructura a modo de iglú que se elevaba unos dos metros sobre la superficie. Excavado en el suelo y recubierto de un muro de piedras está el pozo. En el hueco que quedaba en el centro se colocaba la leña a base de brezos, jaras o aulagas. Se encendía a través de un agujero o puerta que se dejaba en el muro de piedra, y se mantenía activo durante tres días y tres noches. Esta estructura era la del llamado "horno de bóveda". También estaba la del "horno de cepas" que consistía en alternar capas de piedra caliza con cepas de brezo o jara.

La segunda calera del Puerto de Don Fernando.

Y la tercera calera.

Paramos junto a la "Encina de la Alcahueta", incluida en el catálogo de árboles singulares de Andalucía. Su producción anual de bellotas, determinaba el número aproximado de cerdos que podían estar en montanera en la Sierra de Benaocaz.

Avanzamos por la extensa llanura del Puerto de Don Fernando, llamado así posiblemente por el paso del Infante Don Fernando (que luego sería Fernando de Antequera y Fernando I de Aragón) para la conquista del Castillo de Aznalmara al que luego subiremos.

Llegamos a una gran dolina conocida como el Llano del Callejón, bajo la cara sureste del Salto del Cabrero.

El aljibe del Llano del Callejón. Se trata de un rústico almacén para el agua de lluvia realizado por pastores. Aprovechaban una cavidad en alguna plataforma de roca caliza y que rodeaban de un brocal de piedras y con techo. Con ello se evitaba la caída de animales en su interior y la evaporación por los rayos solares. Hasta hace pocos años su estado de conservación era bueno, pero recientemente el techo se ha derrumbado.


Desde el Llano del Callejón bajamos por un camino a nuestra izquierda que nos dejará en el mirador del Salto del Cabrero. Al fondo vemos la Sierra de la Silla.

El Salto del Cabrero es una de las formaciones geológicas más singulares de la Sierra de Grazalema. Se trata de una impresionante falla, una brecha que parte en dos un cerro calizo. Sus paredes verticales se elevan unos 80 metros, divididas ambas por un barranco o pasillo rocoso de no más de 50 metros de anchura.
Cuenta una leyenda que su nombre se debe a que un pastor de cabras, que huía de un prestamista que le reclamaba el pago de una deuda, se precipitó por este lugar al vacío junto a su perseguidor. También otra leyenda dice que un cabrero que vivía en las proximidades del Salto del Cabrero, en un alarde de destreza, dio un salto de una pared a otra sin derramar una sola gota de leche que llevaba para su hijo enfermo.

En la otra pared de la falla, conocida como La Mesa, hay una importante colonia de buitres.



Volvemos al Llano del Callejón y continuamos nuestro camino.


Tenemos que rodear la falla para poder acceder por el extremo noreste.

Las peonias ya están perdiendo todo su esplendor......

.... y sus semillas aun permanecen ocultas, madurando y esperando salir al exterior en pleno estiaje.

Frente a nosotros tenemos la Sierra del Pinar oculta por las nubes que cruzan el Corredor del Boyar.

Cuando el camino comienza a descender hacemos un giro de 90º buscando el paso entre las dos paredes de la falla. Detrás tenemos el monte Jauletas.

Pero antes subimos al cerro que hemos bautizado como el "Mirador de la Garganta del Boyar".

Al norte la Sierra del Pinar.

Y debajo toda la Garganta del Boyar, también llamado Corredor del Boyar. Por este corredor, encajonado entre las Sierras del Pinar y del Endrinal, las masas nubosas que penetran por el Atlántico chocan con la pared vertical de la Sierra del Pinar, y las hace ascender rápidamente unos 1000 metros de altura. En éste proceso el aire caliente se enfría y da lugar a intensas precipitaciones.


Al noreste y en el centro de la imagen vemos el Puerto del Boyar, entre el pico Monete cubierto de nubes a la izquierda y el Peñón Grande de Grazalema a la derecha.

Al este tenemos la Sierra del Endrinal con los montes Jauletas y Coargazal.

Y al suroeste nuestro siguiente objetivo: el Salto del Cabrero.

Vamos "pallá".

Sedum mucizonia

Pasmos por una hondonada conocida como el Hoyo de los Helechos.

Y ya estamos bajo los tajos de esta impresionante falla.


No digo nada. Las fotos hablan por si solas.






Un vistazo atrás.

El amigo Jose Manuel entre encinas gemelas.

Superado el punto mas alto de la falla comenzamos a descender con la imagen de la Sierra de la Silla.



En el último tramo de la falla hay un inmenso lentiscal.


En algunos tramos hay que pasar agachados.

Llegamos a un claro que nos permite ver el Salto del Cabrero.


Llegamos al Valle del Pajaruco.


Enlazamos con la "Colada del Pilar de la Calle"...

... que nos deja en el Nacimiento o Manantial del Hondón, cuyas aguas alimentan al Arroyo del Pajaruco.


Continuamos por la "Colada de la Cuesta de la Higuereta" o "Camino del Hondón".

Y a menos de un kilómetro nos desviamos por el "Camino de los Molinos".

A la derecha vemos la crestería de la Sierra del Pinar asomando por encima del cercano Cerro de las Cuevas.

Cruzamos el Arroyo del Pajaruco por este antiguo puente.

Se le conoce como el Puente Carrero.


El Molino del Escopetazo o de la Angostura.


Cruzamos el Arroyo de la Garganta del Boyar, que unos 200 metros mas adelante se une al Arroyo del Pajaruco para formar el Río Tavizna. Aquí podemos ver las dos columnas que sostenían a un antiguo puente colgante.

Volvemos a pasar a la otra orilla, pero ahora ya es el río Tavizna.

Ahora tenemos a la vista el cerro donde se ubica el Castillo de Aznalmara.

Por el "Cordel de Grazalema" llegamos al "Puerto del Castillo" desde el que accederemos a la fortaleza cuyas almenas vemos asomar por encima de los acebuches.

El castillo de Aznalmara o Castillo de Tavizna es una construcción militar de la época nazarí, de los siglos XIII-XIV, que se ubica en la cima de un cerro que domina la ribera del río Tavizna, lugar estratégico en los accesos a la serranía de Cádiz, en el término municipal de Benaocaz. Aznalmara estaba en la primera línea de defensa de la frontera occidental del reino nazarí.
Formaría parte de una red defensiva nazarí, junto con los de Olvera, Zahara, Setenil, Espera y Ubrique. Su situación estratégica le ponía en contacto visual con las cumbres de Ocuri (Salto de la Mora, Ubrique) e Iptuci (Cabezo de Hortales, Prado del Rey), los cuales enlazaban a su vez con Cardela y Matrera.
Su nombre podría considerarse como una derivación y transformación de "Hisn al Marur" y que una interpretación podría ser la de "fortaleza del agua amarga". "Azn" como registro toponímico romance de la Andalucía occidental proviene de "hisn", término que identifica al recinto fortificado militarmente. "Almara" podría ser una transformación de "al Marur", vocablo que tiene como significado principal "el agua", aunque con la particularidad de adjetivarla con "amarga", quizás en referencia a las aguas provenientes de los manantiales sulfurosos que se dan en Tavizna.
En la crónica árabe Rawd al Quirtas, escrita por Ibn Abi Zar en el primer tercio del S XIV, se puede leer que el meriní Abu Yaqub entregó al sultán nazarí Ibn al Ahmar en noviembre de 1293 una serie de fortalezas como recompensa por su ayuda. Seguramente la fortaleza de Aznalmara estuvo en el lote entregado por depender de la cora de Ronda.
Por la cerámica encontrada se puede pensar que el origen de Aznalmara fue un oppidum ibero. Fragmentos de terra sigillata nos indican, además, un posible asentamiento romano. Este asentamiento previo íbero-romano, dominando una zona con abundante agua y tierras fértiles en su entorno, constituyó un magnífico emplazamiento para los beréberes que llegaron a la sierra tras la ocupación de la península en 711. Ya en 1239 pasará a los nazaríes, tras un incierto periodo de dominación meriní. En 1410 será conquistada por las tropas castellanas acaudilladas por el infante Don Fernando. Tras la conquista se establece un contingente militar quedando como alcaide el arcense Pedro Mateos de Palacios, al haber demostrado gran valentía durante la conquista junto a sus gentes de Arcos. De nuevo fue tomada por los nazaríes y en 1485 pasa definitivamente a manos cristianas gracias al Marqués de Cádiz, tras la caída de Ronda, durante una fuerte ofensiva en la serranía desarrollada por un contingente militar proveniente de Jerez y Arcos.
Algunos años más tarde, en 1492, pasó gracias a la herencia dejada por Ponce de León a su hija Francisca. En el repartimiento llevado en el Señorío en 1502 por la duquesa de Arcos doña Beatriz de Pacheco Aznalmara no se repobló, quedando la fortaleza despoblada y absorbida su población por la Villa de Ubrique.
Aún le quedaría a esta fortaleza un breve periodo de vida útil, al asentarse en ella las tropas napoleónicas, de modo que fue escenario de la Guerra de la Independencia, como lo demuestra el hallazgo de una bayoneta francesa en el lugar.
La fortaleza actualmente se encuentra derruida, no obstante, quedan vestigios del alcázar, su torre del homenaje, red de muros defensivos y varios aljibes. Habría que incluirlo en la categoría de "Sajra" o puesto fortificado de pequeño tamaño emplazado en lugar estratégico. Por su aspecto podría encuadrarse en el estilo granadino.

El acceso a la fortaleza se realiza por una entrada en doble recodo, que obliga al visitante a realizar dos giros de 90º. Su función era dificultar el paso del enemigo "embotellándolo" mientras los ballesteros o saeteros les hostigaban.

Mas arriba se encuentra la Torre del Homenaje.

En la cara oriental hay una entrada.


Panorámica del interior de la Torre del Homenaje. La estructura es cuadrada y originalmente era de dos plantas separadas por un falso techo de madera. Las almenas cubrían todos los flancos de la fortaleza.

En el piso inferior hay saeteras en las cuatro paredes.

Cisterna dentro de la torre

Campanula mollis entre las almenas.

Al otro lado hay una abertura que da acceso a la amplia explanada.

La explanada aun conserva restos de murallas y otras estructuras pertenecientes a la fortaleza.

Desde aquí se domina todo el Valle del río Tavizna y las cumbres que lo rodean.

Al otro lado y en el extremo occidental hay una pequeña torre de planta pentagonal que forma parte de un lienzo de muralla que cierra la fortaleza por su lado occidental. Se sube por una rampa que le fue añadida por las tropas Napoleónicas posiblemente para un emplazamiento artillero, durante su asentamiento en este lugar en la Guerra de la Independencia, demostrado por el hallazgo de una bayoneta francesa. Al oeste disponía de comunicación visual con el cerro Cabezo de Hortales (Iptuci) donde también hubo otra fortaleza nazarí.

En el extremo NW de la explanada se abre una poterna (puerta secundaria o vía de escape).

En el exterior y junto a la torre hay una gran alberca que recogía el agua de un manantial situado en este punto, siendo esta una de las estructuras de almacenamiento andalusí de mayores dimensiones en la Sierra de Cádiz.

En el centro de la explanada se encuentra este aljibe que estuvo cubierto por una bóveda de cañón. Posiblemente almacenaba agua procedente de la gran alberca.

La fortaleza desde la explanada.

Ortofoto y plano del Castillo de Aznalmara.

Al sureste vemos la Sierra del Caillo, de las Viñas y de Ubrique.

La fortaleza también mantenía contacto visual con Ocuri.

Benaocaz y el Caillo o Navazo Alto.

Al este tenemos toda la vertiente occidental de la Sierra del Endrinal.


Al suroeste la Sierra de la Silla.

Bajamos y retornamos al río Tavizna hasta un sendero que transcurre paralelo a su cauce y que nos llevará al final de nuestra ruta. Posteriormente me comentaron que han colocado un cartel en el que se informa que solo están permitidas las visitas a este B.I.C. los martes de 8:00 a 14:00. Nosotros no lo vimos y desconocíamos este dato, así que aquí dejo constancia de ello. Lo tendremos en cuenta si decidimos ir de nuevo.

Fin de nuestra ruta. Aquí el río pasa bajo un pontón donde dejamos algunos de los coches.

Castillo de Aznalmara visto desde la pista.

Trazado de la ruta sobre el mapa:
Perfil
Vaya ruta... Apuntada para cuando haya más horas de luz.
ResponderEliminarImpresionante el reportaje y toda la información. Gran ruta.
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