"A cosa de una legua de Algeciras se empieza a subir una sierra áspera, pedregosa y llena de precipicios que llaman la Trocha...".
Leandro Fernandez de Moratín, 1796.
"... era una cabalgadura dura y peligrosa, especialmente en el paso de la Trocha, infestado de contrabandistas y carboneros, que cuando pueden se vuelven rateros y ladrones...".
Richard Ford, 1845.
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Nuestra ruta parte de la Barriada del Cobre (Algeciras), enlazando con el camino de la Trocha en el tramo que llega hasta el carril de las Corzas. Por la pista iremos hasta el Puerto de la Higuera, lugar donde comenzaremos el descenso y regreso por el canuto del Río de la Miel.
Durante siglos debido a la barrera natural que formaban las sierras del Campo de Gibraltar, la comunicación entre Algeciras y Tarifa se hacía por rutas próximas a la costa. En su recorrido el viajero tenía que salvar importantes desniveles y el paso de arroyos que en épocas de lluvias lo hacía bastante peligroso. Ello duplicaba el tiempo que se necesitaba para recorrer una distancia parecida. Además tenían que soportar los fuertes temporales del estrecho y las incursiones piratas en el litoral. Por este camino el viaje desde Algeciras hasta Cádiz se hacía en tres jornadas.
La Trocha es el nombre que se le daba a un camino de herradura, imposible para carruajes que presumíblemente desde época romana, como ramal secundario de la vía Heráclea, hasta mediados del siglo XIX se usaba como atajo por las sierras del Campo de Gibraltar para llegar hasta Cádiz. Este camino suponía un ahorro de tiempo de una jornada para los viajeros que se dirigían a la capital gaditana.
La Trocha comenzaba en Algeciras teniendo su origen en la Bajadilla, pasando por Pajarete, la Cañada de los Tomates y El Cobre. Luego se dirigía hacia la ladera norte de las Esclarecidas pasando antes por el Cortijo de Matapuercos, el Huerto de los Mellizos y el arroyo de la Garganta Santa. Cercano a la Huerta de los Mellizos y antes de iniciar la subida se encontraba el Ventorrillo de la Trocha, primer descanso del viajero que partía desde Algeciras ó última parada de los que procedían de Medina Sidonia ó Cádiz. Existía otro ventorrillo en las Corzas y no había más hasta la Venta de Ojén a unos 15 Km del primero. En la actualidad ninguno existen como tal.
Desde que en 1868 se inauguró el servicio de diligencias que enlazaba con Cádiz en unas 12 horas y el camino costero también fue mejorando, la Trocha comenzó a dejar de ser frecuentada quedando su uso principalmente para los carboneros.
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
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Fecha | Mayo 2017 |
Pueblos cercanos | Algeciras (Cádiz) |
Paraje, Parque... | Parque Natural de los Alcornocales. |
Comienzo | Barriada del Cobre (Algeciras), junto al inicio del sendero del Río de la Miel. |
Final | En el punto de inicio |
Distancia aprox. | 19,4 km |
Tiempo | 10 h. (con muchas paradas) |
Altura máxima, altura mínima y desnivel aprox. | Altura mínima: 45 m. (Barriada del Cobre) Altura máxima: 566 m. (Puerto de la Higuera) |
Dificultad | Baja-Media |
Trazado | Circular |
Track | DESCARGAR AQUÍ |
Comenzamos nuestra ruta en la Barriada del Cobre (Algeciras).
A escasos metros tenemos el comienzo del sendero del Arroyo de la Miel. Por aquí regresaremos.
Entramos en una de sus calles.
Cruzamos este pontón sobre el río de la Miel.
La Fuente de Chorrosquina.
Enlazamos con esta pista que nos lleva por la vertiente oriental del cerro de las Esclarecidas Bajas.
Por el Majadal Alto el camino se adentra en un extenso helechal.
Dejando a nuestra derecha el Cortijo de Matapuercos cruzamos el antiguo campo de tiro militar.
Chaparro o alcornoque de gran porte.
Orchis langei
Serapias lingua
Dedalera (Digitalis purpurea)
Verdecillo (Serinus serinus)
El Huerto de los Mellizos.
La Fuente de los Mellizos.
Los naranjos del huerto.
El sendero desciende hacia la Garganta de la Fuensanta.
Cruzamos el arroyo de la Fuente Santa. Su nombre probablemente se debe a que en su cabecera existió en el siglo XIX un balneario de aguas "hidrosulfurosas y hepáticas".
Por aquí aun se conserva parte del empedrado de la Trocha. Leandro Fernandez de Moratín que transitó por esta zona escribe en 1796: "A cosa de una legua de Algeciras se empieza a subir una sierra áspera, pedregosa y llena de precipicios que llaman la Trocha...". La construcción y mantenimiento del camino era tarea de los verederos, especialistas en tales faenas que eran pagados por el empresario interesado (corchero o carbonero). El viajero inglés Richard Ford explicaba que la vía directa entre Cádiz y Algeciras "era una cabalgadura dura y peligrosa, especialmente en el paso de la Trocha, infestado de contrabandistas y carboneros, que cuando pueden se vuelven rateros y ladrones...".
Salimos a una zona mas abierta.
Dejamos a nuestra derecha una cabreriza que según algunos estudios está situada sobre lo que fue el antiguo Ventorrillo de la Trocha, que permitía un descanso a los caminantes que partían desde Algeciras y a los que procedían de Medina Sidonia ó Cádiz.
Ahora el camino se adentra en un extenso alcornocal.
Vamos en continua subida hasta llegar al Puerto del Viento.
Algunos puntos de nuestro recorrido se convierten en miradores naturales.
Continuamos subiendo.
Entre brezos y jaras llegamos al Puerto del Viento.
El Puerto de Algeciras y el Peñón de Gibraltar.
La Drosophylum lusitanicum ó "atrapamoscas" está floreciendo.
Jara estepa o jara rizada (Cistus populifolius), muy abundante en este tramo.
Descendemos del Puerto del Viento para ir rodeando las Esclarecidas Altas por su falda noroeste. Frente a nosotros vemos la Sierra de la Palma.
A medida que descendemos pasamos del matorral de herrizas al alcornocal.
Desde un claro a nuestra derecha vemos abajo el canuto del arroyo Botafuegos o Garganta del Capitán.
La Fuente de la Umbría.
Tomamos contacto con los primeros hojaranzos o rododendros.
Entramos en un helechal donde algunos ejemplares alcanzan los dos metros de altura.
Tenía ganas de hacer esto con el Photoshop, jeje.
Ahora nuestro camino pasa muy cercano a la Garganta del Capitán o arroyo de Botafuegos.
Retomamos nuestro camino pasando por este arroyo tributario del anterior.
En el Puerto de las Zarzas nos incorporamos al carril de las Corzas que en este tramo transcurre por la falda NE de la Sierra de Luna. Continuamos en dirección al Puerto de la Higuera.
El Mirador de la Cabecera del Río de la Miel., que nace en la falda de la Sierra de Luna, tiene una longitud de unos 9 km y transcurre entre las sierras de las Esclarecidas al norte y la del Algarrobo al sur desembocando en Algeciras. En esta zona sobreviven las especies vegetales relictas que constituyen la laurisilva (alisos, rododendros, laurel, fresno, avellanillo, acebo, durillo, rusco y varios tipos de helechos) supervivientes del clima subtropical de la Era Terciaria y que encuentran refugio en el microclima de estas gargantas o canutos donde perduran las condiciones iniciales de dicha Era gracias al régimen de nieblas y precipitaciones.
Desde el mirador vemos todo el canuto del río de la Miel con Algeciras y el Peñón al fondo. A la izquierda tenemos las Esclarecidas Alta y Baja. A la derecha el Algarrobo.
En este aljibe hacemos una parada para comer.
Nuestro amigo Arnaud, "el respostero de Versalles", nos deleita con unas exquisitas pastas de elaboración propia.
Continuamos por el carril de las Corzas o pista de la Algamasilla y llegamos al Puerto de la Higuera.
Abandonamos el carril para comenzar el descenso hacia el río de la Miel.
Helechos y mas helechos.
La ruinas de la Casa de Manzanete.
Los rododendros vuelven a mostrarse.
Carragualas (Davillia canariensis), helecho epifito.
Tomamos contacto con la orilla derecha del río de la Miel.
Estamos en la Poza de la Cabezuela.
El Wadi l-Asal (Río de la Miel) proporcionaba agua potable a los habitantes de Al-Yazirat Al-Hadra (Algeciras "la isla verde") y su nombre hacía alusión a la dulzura y calidad de sus aguas.
Entre las segundas taifas y el dominio almohade, vivió el más famoso poeta algecireño de la Edad Media: Ibn Abi Ruh, cuyo poema conocido como "El río de la Miel" figura en las mejores antologías de la poesía árabe de todos los tiempos. Este magnate-poeta de espíritu liberal y heterodoxo, posiblemente desde el obligado exilio por imperativo de los fanáticos alfaquíes, rememora una noche de fiesta que pasó en su mansión situada al borde del río que cruzaba la ciudad:
Detente junto al río de la Miel, párate y pregunta
por una noche que pasé allí hasta el alba, a despecho de los censores,
bebiendo el delicioso vino de la boca o cortando la rosa del pudor.
Nos abrazamos como se abrazan los ramos encima del arroyo.
Había copas de vino fresco y nos servía de copero el aquilón.
Las flores, sin fuego ni pebetero, nos brindaban el aroma del áloe.
Los reflejos de las candelas eran como puntas de lanzas sobre loriga del río.
Así pasamos la noche hasta que nos hizo separarnos el frío de las joyas.
Y nada excitó mi melancolía más que el canto del ruiseñor.
Lluvias de días anteriores debieron provocar una riada que destrozó o aplastó casi todos los helechos reales que crecían a orillas del río. Pero la vida se abre paso de nuevo.
Cruzamos el río.
Ahora el camino se aleja un poco de la orilla debido a los taludes y la tupida vegetación.
Otro mirador natural.
La fuente de Los Cuñaos.
Comenzamos a descender hacia el cauce del río.
Pasamos al otro lado.
Y pronto llegamos a la conocida como "Cola de Caballo".
Por aquí han pasado hasta los extraterrestres.
En este curso del río se van sucediendo las pozas.
De nuevo volvemos a cruzar a la otra orilla.
Y llegamos a la última de las pozas.
La "Poza de la Chorrera".
Llegamos al Molino del Aguila, que data del siglo XVIII. Está formado por un edificio de dos plantas, encontrándose en la primera el molino propiamente dicho y en la inferior el rodezno, que es el sistema motriz sobre el que ejerce directamente la presión el agua y mueve toda la maquinaria.
En la parte superior del edificio vemos el cao o canal que conduce el agua hasta caer por los dos cubos. El agua cae con gran fuerza hasta el rodezno situado en la planta inferior, que posee un sistema de cucharas que, al ofrecer resistencia al agua, fuerzan el movimiento de la rueda. Este movimiento circular del rodezno se transmite por un eje (llamado palahierro) a la piedra móvil del molino, denominada piedra corredera, y tritura el grano que hay entre esta y la piedra solera.
La Fuente de las Niñas.
Pasamos al otro lado del río por este antiguo puente de estilo medieval que presumiblemente se construiría, entre otros motivos, para facilitar el transporte de grano y harina entre el molino y la población.
A continuación pasamos junto al Molino de Escalona, que data del año 1758. Actualmente está reconvertido en una pequeña central eléctrica.
La acequia del molino
Final de nuestra ruta.
Trazado de la ruta
Perfil
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