Tranco del Lobo desde La Trinchera

Ruta circular por el Tranco del Lobo, un espectacular mirador natural sobre el Valle del Río Guadalentín, con paso por la Cueva del Arco y la "repisa de los maquis", donde  tuvo lugar la captura de "el Ramiro", el último maqui de la sierra. El regreso lo hacemos a través del valle del Guadalentin por la Cañada del Mesto y Cañada de Castril.

CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
Pueblos cercanos	Cazorla, La Iruela, Arroyo Frío, Coto Ríos (Jaén)
Paraje, Parque...	Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
Comienzo	La Trinchera, a 1 km de la Nava de San Pedro, pista forestal JF-7091
Final	En el punto de inicio
Distancia aprox.	19 km
Tiempo	8 horas (con muchas paradas incluidas)
Altura máxima, altura mínima  y desnivel aprox.	Punto de inicio y final:  1.300 m. (la Trinchera)  Altura máxima:  Tranco del Lobo (1.767 m.)  Desnivel:  467 m. Ascenso acumulado; 890 m.
Dificultad	Alta
Trazado	Circular
Track	Descargar aquí

Desde la pista forestal JF-7091, pasando la Nava de San Pedro, en el lugar conocido como La Trinchera y cercano a la Senda de los Pescadores comienzo nuestro recorrido. Desde este mismo lugar se pueden ver los paredones del Tranco del Lobo. Por allí andaremos.

Bajamos por el antiguo trazado de la Cañada de Castril.

Dejamos a un lado el Cortijo de la Pasada de las Carretas o del Vado de las Carretas.

Entramos en el bosque que rodea la cara sur de la Loma del Caballo.

Pasamos por este vado del río Guadalentín.

Y comenzamos la subida por la vertiente NW del Tranco del Lobo, situado en el extremo NW de la Lancha del Almicerán.

Desde un claro podemos ver los farallones a los que vamos.

Tenemos que superar una fuerte subida con un desnivel de 600 m. en tan solo 2 km.

Por fin estamos arriba. A la izquierda tenemos la Cueva del Arco.

Obligatorio bajar a la Cueva del Arco.

La cueva está situada bajo la Morra de las Grajas.

Ahora viene lo mas divertido.

A continuación de la Cueva del Arco y en la vertical pared de la Morra de las Grajas está situada esta cornisa que también sirve de paso.

Se la conoce como "repisa del maqui" o cornisa del Tranco del Lobo, vertiginoso lugar por donde anduvieron los últimos maquis de la postguerra de estas sierras, combatiendo contra el régimen fascista y esperando una ayuda internacional que nunca llegó.

La "repisa del maqui" nos lleva a estos cortados con impresionantes vistas.

Planicie en la Morra de las Grajas.

Continuamos por los farallones disfrutando del paisaje.

Mas adelante pondré los nombres de los picos.

Llegamos a otra extensa planicie que corresponde al punto mas alto, el pico del Tranco del Lobo, con 1767 m. de altura.

Destaca la Sierra de la Cabrilla con sus despobladas cumbres.

Llegamos a un punto donde no se puede continuar por el cortado y hay que entrar en el pinar.

Muflón

Ya estamos otra vez en los cortados.

A la derecha vemos una meseta que corresponde con el Mirador del Tranco del Lobo.

Vistas al este

Abajo tenemos el valle del Guadalentín. El río baja desde el vientre de la Cabrilla recibiendo aquí los aportes del Gualay y el arroyo de San Pedro.

Aquí hay un panel con la historia de la captura de "el Ramiro", el último maqui de la sierra, que encontró la muerte en este paraje.

Pero es mejor leer el relato que Luis Miguel Sánchez Tostado publicó en la Revista Cultural de Quesada (agosto 1998):

"… Finalmente dicha unidad, tras permanecer algunos meses en la cortijada de el Raposo (Baza), decidieron establecer su base en la sierra de Cazorla donde su búsqueda era menos enconada. Se instalaron en el Torcal del Lobo, junto al río Guadalentín. Y es precisamente de este grupo de donde surge el protagonista de nuestra pequeña historia.

Durante los meses de enero y febrero de 1952 el grupo visitó con cierta frecuencia las aldeas quesadeñas de Belerda y Don Pedro donde se ganaron la confianza de algunos pastores a los que entregaron gratificaciones económicas por sus servicios. El día 8 de enero se presentaron en el Cortijo del Tío Inocencio de Belerda con el fin de hacerse con el dinero de la venta de ovejas del vecino Antonio Guerrero (más conocido por “Largueras”) el cual se resistió defendiéndose con un hacha y recibiendo un disparo de los asaltantes. Sin conseguir su objetivo optaron por secuestrarlo junto a otros tres más, uno de ellos fue Juan Pastor, médico de Quesada, con el que se cruzaron los huidos. Por el rescate consiguieron 50.000 pesetas, considerable botín para la época. Alertada la Guardia Civil envió a sus efectivos sin conseguir más que la detención de algunos pastores acusados de no denunciar la ‘presencia de malhechores”. Uno de ellos, Antonio Quiñones, fue sometido a intensos interrogatorios y, según los testimonios recogidos, fueron estas presiones las que le condujeron al suicidio cuando fue llamado a un nuevo interrogatorio.

El grupo de “Pablo” permaneció oculto hasta el 25 de febrero de 1952 en que fueron avistados. Pero, veamos cómo sucedieron los hechos. 

En la tarde de dicho día el guardia forestal del Carrascalejo avistó el campamento en el Torcal del Lobo, en el término de Cazorla. Moviéndose con gran sigilo para no ser visto, dio aviso a la guardia civil. Ya de anochecida, fue requerido el vecino de Quesada Francisco Martínez Zamora para poner su camión Ford a disposición de la benemérita. Así, a primera hora del día siguiente Francisco, acompañado del ayudante conocido como “Galleguito”, condujeron hasta la caseta forestal del Hornico (próxima a la Nava de San Pedro) a un grupo de ocho guardias. Allí se les unió otro grupo procedente de Pozo Alcón con los que emprendieron el camino a pie hasta llegar al campamento. Con gran precaución, los guardias rodearon a los huidos quienes, viéndose descubiertos, trataron de huir. Se inició entonces un violento tiroteo con el resultado de un guerrillero muerto aunque el resto del grupo consiguió escapar abriéndose paso con granadas de mano. Acto seguido se dispersaron.

El fallecido fue identificado como Manuel Calderón Jiménez, alias “Cubano” aunque en la sierra cambió su apodo por el de “Ramiro”. Se le intervino un viejo fusil soviético que tal vez fuera responsable final de su muerte pues se pudo comprobar que intentó defenderse infructuosamente. Se dice que su arma se encasquilló o que los proyectiles estaban en mal estado pues no consiguió abrir fuego.

Su cuerpo inerte fue cargado en una mula y trasladado al camión en el que fue conducido hasta Quesada donde, una vez practicada la autopsia, fue enterrado, evitando indiscretas miradas, en la oscuridad de la noche del día veintiocho. Manuel Calderón era natural de Ítrabo, un pequeño pueblo situado en la granadina sierra de los Guájares. Estaba soltero y tenía treinta años. Fue sepultado en una fosa común en el “corralillo de los ahorcados” del cementerio quesadeño. Una porción de tierra separa del campo santo y reservada, en aquellos tiempos de fundamentalismo católico, para los suicidas, niños sin bautizar, ateos y apóstatas en general que no eran dignos de mezclarse con los creyentes."

Luis Miguel Sánchez Tostado

Revista Cultural de Quesada , agosto 1998

En el mirador acaba el recorrido por los cortados del Tranco del Lobo. Continuamos nuestro camino a través del pinar por una senda que transcurre paralela a un vallado.

Conectamos con una pista que discurre por la Cañada de la Peguera.

Comenzamos el descenso y el regreso por el Tranco de la Marcolla, junto a un bonito mirador natural.

Vamos descendiendo por el Tranco de Juan Domingo y Poyos de Tribaldo hasta la Cañada de Castril o Cañada del Mesto situada abajo en el valle.

Nuestro descenso acaba a escasa distancia de las ruinas del Cortijo Poyos de Tribaldo.

Loma del Caballo

Poyos de la Carilarga

Continuamos por la Cañada del Mesto o Cañada de Castril.

Por esta cañada discurre el GR-247

Cruzamos el Vado de las Carretas, sobre el río Guadalentín y cercano al aporte que recibe del arroyo San Pedro.

Ahora vemos con mejor luz los paredones del Tranco del Lobo a la derecha.

Y ya estamos en La Trinchera, el punto de inicio de nuestra ruta.

Desde el coche, en las inmediaciones de la Nava de San Pedro.

Mapa de la ruta

Perfil

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