El 15 de junio de 1947, cerca de Grazalema (Cádiz), el maquis llevó a cabo el secuestro del ganadero Francisco Jarillo Benítez. Participaron en el secuestro Bernabé López Calle "Comandante Abril", Antonio Núñez Pérez, "Bartolo", Juan Núñez Pérez "Luis", Juan Ruiz Huercano "Capitán" y Cristóbal Ordóñez López "Aniversario". Consiguieron un rescate de 42.000 "duros" (210.000 pesetas).
Francisco Jarillo fue retenido en algún lugar de la Sierra de Jauletas durante dos días hasta el pago de su rescate. Se desconoce el lugar exacto donde pudo estar oculto por sus captores, pero debió ser en algunas de las grandes cavidades de esa sierra con capacidad para dar cobijo y protección a varias personas.
Lo que se conoce como Sierra de las Jauletas es un paraje montañoso ubicado en la Sierra del Endrinal y que aparece en los mapas actuales como Jauletas y Coargazal.
Así que "nos echamos al monte" para visitar mas a fondo lo que ya conocíamos desde hace bastante tiempo. El objetivo era valorar las ventajas e inconvenientes que pudieron tener estas cuevas o refugios.
Nos trasladamos a la conocida como CUEVA ALTA (también llamada Cueva del Horgazal), que hace honor a su nombre. Está situada en una pared vertical de roca caliza, aproximadamente a unos 15 metros de altura. El primer intento de acceder a ella fracasó, ya que después de una complicada trepada encontré en los últimos metros una pequeña rampa de tierra suelta sin apenas agarre, lo cual haría el comienzo del descenso mucho mas peligroso. A la semana siguiente regresé con bastantes metros de cuerda para asegurarme y por fin pude acceder a ella.
Cueva Alta
La cueva es bastante amplia en su interior pudiendo cobijar sin problemas a varias personas.
El lugar como se puede observar da muy buena protección para lluvia y viento. Desde allí se controla visualmente el paso de personas por los caminos situados a bastante distancia. El principal inconveniente que podría presentar para los maquis era su difícil acceso teniendo que emplear cuerdas o escalas. También tenían en su contra que podían ser vistos a distancia si alguien se asomaba a la boca de entrada o si hacían fuego para cocinar o calentarse.
En su interior crecen dos grandes higueras.
La otra cueva, a la que llamo CUEVA BAJA, está situada a menor altura y es accesible mediante una pequeña trepada.
Cueva Baja
Es mas estrecha que la Cueva Alta.
Por su orientación la boca de la cueva queda oculta de la vista desde cualquier camino cercano o lejano.
Posee un pequeño rezume de agua en una de sus paredes.
En esta "habitación" situada en uno de sus laterales cabe una persona.
La otra gran cavidad que puede servir de refugio es el conocido como "puente de la jorá" (jorá ... horá... horadada), tunel o puerta del Horgazal, puente de Jauletas, etc. Es una cavidad horadada, con dos bocas, que comunica las vertientes norte y sur de la crestería del monte Horgazal o Coargazal.
Esta cavidad tiene la ventaja de poder divisar y controlar por su abertura norte el corredor del Boyar y sus caminos. Por otra parte, al tener dos salidas es mas fácil escapar en caso de ser descubierto.
El inconveniente para estar cobijado es que tiene el suelo demasiado rocoso e inclinado. Además, el túnel actúa de embudo y el viento a veces pasa con bastante fuerza por su interior.
En la pared se halla grabada esta cruz.
Por los montes de Jauletas y Coargazal (Horgazal) hay mas cuevas que también podrían albergar a alguna persona sin ser vista, pero en el caso que nos ocupa creo que es muy poco probable. Aquí van fotos de algunas de ellas.
El Arco del Horgazal
EL SECUESTRO DE FRANCISCO JARILLO
De los secuestros llevados a cabo en el entorno de Grazalema el mas conocido fue el del ganadero Francisco Jarillo Benítez del que obtuvieron una suma de 42.000 "duros". El escritor de Arcos de la Frontera, Manuel Pérez Regordan, describe este secuestro en su libro "Los Maquis en la provincia de Cádiz" y que copio literalmente:
Francisco Jarillo Benítez
Foto: blog Raices de Grazalema
Foto: blog Raices de Grazalema
“Serían las ocho de la tarde del día 15 de junio de 1947, cuando el colono de la Sierra del Pinar, Francisco Jarillo Benítez se dirigía desde la finca hasta su domicilio en Grazalema. Lo hacía montado en un caballo español, castaño oscuro, que seguía a su sobrino Fernando García Jarillo, joven de veintiséis años que le acompañaba constantemente en las faenas agrícolas.
Al pasar por el lugar conocido como “Majada de la Viña del Moro”, a las mismas puertas de Grazalema, cinco individuos le dieron el alto haciendo que Jarillo se detuviese:
La Viña del Moro (en el Pinsapar)
-¡Avise a su sobrino que nos tiene que traer dinero!
Jarillo dio un fuerte silbido y el joven volvió la cara, acudiendo a la llamada del tío. Los guerrilleros le hicieron mantenerse a una prudente distancia mientras trataban la cantidad a la que tenía que ascender el rescate.
- No le soltaremos sin la entrega de ochenta mil duros.
- Eso es imposible; yo no puedo disponer de esa cantidad.
- Tendrá al menos quien se la preste.
- Yo no pido favores a nadie, sabiendo que después yo no le voy a poder corresponder. Solo tengo treinta mil duros en Ronda.
– ¡Y con otros treinta mil que pida prestados cerramos el trato!- contestó Bernabé López Calle.
- Y ¿A quién se los pido? Si en Grazalema no hay bancos ¿Quién va a disponer de esa cantidad?
- Tendrá Vd. que subir el precio si quiere salvar la vida.
- Pero si es que realmente no puedo.
Intervino entonces Juan Luís Huercano “el capitán” que dijo:
- Parece imposible tener más dinero; dejémoslo en cincuenta mil duros.
- Con unos ahorros que tengo y lo que me pueda prestar mi hermano Antonio podré llegar, como máximo a cuarenta y dos mil duros, contestó pensativo el secuestrado.
- Dele usted una nota a su sobrino y que se lleve el caballo.
- Fernando cogió el caballo de las riendas y se dirigió cuenta abajo, a Grazalema, donde buscó a su tío Antonio, hermano del secuestrado y le entregó la misiva.
Mientras tanto Jarillo era trasladado a la Sierra de la Jauleta, en el término de Benaocaz, durmiendo aquella noche en una cueva, vigilado por uno de los secuestradores.
Jauletas y Coargazal (Horgazal) en primer plano.
Detrás la Sierra del Pinar.
Detrás la Sierra del Pinar.
Era el secuestrado un hombre alto y fuerte que se permitía hablar duro a los guerrilleros, tachándoles de cobardes y calificándoles de “muñecos” con los que jugaría a placer sin la presencia de las armas. Su conversación motivó que le descalzaran para que no pudiese escapar.
- ¿Qué tiempo lleváis planeando el secuestro?
- Pues le puedo asegurar que se nos ha ocurrido últimamente, porque pretendíamos hacerlo con uno de sus hijos cuando jugaban a la entrada del pueblo, pero como eran tanto los niños que le acompañaban no nos atrevimos.
A la mañana siguiente uno de los secuestradores dijo a Jarillo:
- Tiene usted mucha barba. ¿Quiere que le afeite?
- Como usted quiera.
El guerrillero preparó el jabón, y procedió a la faena prometida. Con la navaja en la mano, preguntó en broma al prisionero:
- ¿Es verdad que si ahora le pidiéramos cuarenta mil duros más nos los daría inmediatamente?
- Si los tuviera ¿Por qué no?
Al propio tiempo, su sobrino Fernando se había puesto en contacto con Antonio Jarillo Benítez, que buscó el importe del rescate entre varios familiares y un banco de Ronda, llegando a reunir las doscientas mil pesetas prometidas.
En la mañana del 17 de junio, Fernando se dirigía al lugar del secuestro con el dinero en un zurrón de cabrero. Le salió al encuentro uno de los Núñez de Ubrique, que era de pequeña estatura y después otro guerrillero corpulento que tenía una verruga en la cara.
- ¿Traes el dinero?
- Aquí viene, contestó el muchacho señalando el zurrón.
Los tres se adentraron en la sierra y llegaron al lugar donde se encontraba Jarillo. Uno de los guerrilleros dirigiéndose a Fernando le encargó.
- Llégate a la casa y te traes algo para comer, porque hasta la puesta de sol no estaréis en libertad.
El joven se dirigió al caserío de la finca, y llegó después con tres quesos de oveja, que tanta fama tienen en Grazalema, y tres teleras de pan. Al anochecer hicieron café y comieron de lo que había, dándose por terminado el secuestro.
- Podéis marcharos, y quede usted en la seguridad, señor Jarillo, de que nadie le molestará en adelante.
- ¿Y mis zapatos?
- A nosotros nos hacen más falta que a usted.
-Cómprese unos nuevos en el pueblo.
Ya entrada la noche, Jarillo llegaba a las primeras casas de Grazalema”.
Intervinieron en el secuestro Bernabé López Calle, “Comandante Abril”, Juan Ruiz Huercano “Capitán” también conocido como “Eusebio”, el Cristóbal Ordóñez López, “aniversario”, Juan Núñez Pérez “Luís” y Antonio Núñez Pérez “Bartolo”.
BREVE HISTORIA DEL MAQUIS EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ
La palabra “maquis”, de origen francés, quiere decir “campo cubierto de maleza” y de ahí el dicho de ”los del monte”. Según nuestro diccionario de la lengua, es la guerrilla de resistencia antifranquista durante la posguerra civil española.
La meta principal de la lucha guerrillera era el derrocamiento del régimen franquista. El movimiento guerrillero tenía por objetivo provocar un levantamiento armado popular. Estuvieron activos entre 1940 (final de la guerra civil) y 1962, aunque su declive comenzó a partir de 1948, fecha en que Santiago Carrillo da la orden de disolución de la Agrupaciones Guerrilleras de España (AGE), una vez que asumieron que no se iba a producir la liberación de España del yugo fascista por las fuerzas aliadas de la II Guerra Mundial.
La ideología dominante de estos hombres y mujeres era la comunista, pero también había anarquistas, socialistas, republicanos y sin partido. Unos lo hacían por ideales y otros eran huidos, los cuales se retiraron a las montañas por miedo a perder su vida debido a la represión franquista.
Pero no es hasta 1944 que se forman las primeras agrupaciones guerrilleras. En el sur de Andalucía comprendían dos zonas independientes, Cádiz por un lado y Granada-Málaga por otro.
En el primer período, en la Serranía de Ronda, entre Málaga y Cádiz, merodeaban pequeños grupos de huidos, entre los que empezaban a destacar el de Pablo Pérez Hidalgo conocido como “Manolo el Rubio”, comunista; y el de Bernabé López Calle, anarquista; que llegaron a ser los personajes de referencia de la guerrilla gaditana. Manolo el Rubio consiguió levantar en 1943 una organización pionera de la resistencia, la Agrupación Stalingrado.
El 17 de agosto de 1945 se produjo un cambio importante en la configuración de la guerrilla en la provincia de Cádiz, se trata de la creación de la Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas del Sector Sur, que fue el primer intento de organizar a los guerrilleros dotándolos de un único mando militar y político. La Junta queda constituida de la siguiente forma:
Jefe militar: Pedro Pérez Hidalgo, Manolo el Rubio (PCE).
Lugarteniente: Juan Vigil de Quiñones, Juanito.
Vocales: Polonio (PSOE), Domingo (UGT), Benito (JSU), Barbero (UR), Guillermo (CNT) y Miguelete (IR).
En una posterior reunión en agosto de 1946, los guerrilleros del Sector Sur se unieron a la Alianza Nacional de las Fuerzas Democráticas y confirmaron a Bernabé López Calle o Comandante Abril como jefe de la guerrilla gaditana-malagueña.
En febrero de 1949 se produjo un intento de reforzar la organización, que se concretaron en la unión orgánica de las partidas del Comandante Abril y Manolo el Rubio en la 6ª Agrupación, también llamada Agrupación Guerrillera Fermín Galán, fundada en el paraje conocido como la Sierra de las Cabras, en el término de Jerez de la Frontera, y de la que formaban parte 27 resistentes. Fue nombrado responsable militar López Calle (el único anarquista que alcanzó la jefatura de una agrupación en la resistencia antifranquista), Polonio sería el ayudante, Manolo el Rubio recibió el cargo de jefe del Estado Mayor, Juanito se encargaría de la propaganda guerrillera y de la administración Aniversario.
La nueva organización se extendía por el oriente de Cádiz y el occidente de Málaga, básicamente en la Serranía de Ronda, formándose cuatro sectores con su grupo o partida correspondiente:
- Primer Sector: de Cortes de la Frontera hasta la estación férrea de Gaucín, del que Benito (uno de los Morenos de Cortes) era Jefe de grupo.
- Segundo Sector: Ubrique, Algar y Jerez de la Frontera con Lobatón al mando.
- Tercer Sector: Montejaque, Grazalema y Benaoján controlados por el grupo de Caracoles.
- Cuarto Sector: Alcalá de los Gazules, Jimena de la Frontera y Los Barrios bajo el mando de Pedro el de Alcalá.
La Agrupación de Guerrilleros Fermín Galán, fundada en 1949 en la zona oriental de Cádiz tuvo numerosos problemas a raíz de la detención del guerrillero “Orejitas”. Uno de sus éxitos fueron las 700.000 pesetas obtenidas por el secuestro de un industrial de Arcos de la Frontera.
La puntilla a la Agrupación Fermín Galán se produjo tras la matanza en Algatocín (Málaga). En un caserón donde solían cenar los guerrilleros, los dueños de éste pactaron con las fuerzas del orden el asesinato de aquellos guerrilleros gaditanos. Los guardias se escondieron en el techo y dispararon a quemarropa mientras cenaban, quedando desmantelada la organización.
BERNABÉ LÓPEZ CALLE
Bernabé López Calle
Bernabé López Calle, también conocido como Comandante Abril, nació el año 1899 en Montejaque, Málaga, pequeño pueblo de la serranía de Ronda. Lideró la guerrilla del sur de Andalucía en los años cuarenta, desde las Sierras de Ronda y Grazalema, hasta el Campo de Gibraltar después de ejercer como Guardia Civil.
Se marcha a la mili obligatoria en febrero de 1921 y es enviado a la guerra de Marruecos poco antes del Desastre de Annual. En África aprende el manejo de las armas y es ascendido a cabo primero y posteriormente a Sargento en la Reserva, cuando se licencia en 1924. Bernabé vuelve condecorado a su pueblo y se casa.
En plena Dictadura de Primo de Rivera, Bernabé ingresa en la Guardia Civil, cuerpo militar que había sido recientemente reformado y dotado de más medios. Se integra en el cuerpo como Guardia 2º de Caballería. Barcelona, la provincia de Sevilla y Antequera (Málaga) fueron destinos donde ejerció de guardia, y es este último destino lo que le supuso permanecer en zona republicana.
Al comienzo de la Guerra Civil su Compañía se mantiene fiel al gobierno de la República, y es nombrado por sus mandos, enlace entre las Fuerzas de la República y la Alcaldía de Antequera. Su hermano, Pedro López, fue Alcalde de Montejaque y militante de la CNT, y en los primeros días de la guerra organiza una columna para controlar la Sierra de Ronda. Bernabé se afilia también a la CNT en los tempranos días de la contienda, algo que como ahora, no era posible estando dentro de la Guardia Civil.
Málaga cae a principios de 1937, y Bernabé se integra en el Ejército y junto a sus hermanos, mujeres e hijos, parte hacia el frente de Teruel. La mujer y los hijos se establecen en Honrubia (Cuenca).
Es ascendido a Comandante y en junio de 1938, se encuentra en el frente de Madrid, en la zona de Guadalajara, mandando el Batallón de Ametralladoras Nº 17, de la 70 Brigada, de mayoría anarquista y encuadrada en la 14 División de Cipriano Mera.
El golpe de estado de Casado, llevará a Bernabé a liderar la 70 Brigada, pues Mera apoya el golpe y Bernabé era uno de sus hombres de confianza. A pesar del éxito del golpe para anular el poder de Negrín y los comunistas, la paz no es negociada y se rinden. Bernabé disuelve la 70 Brigada y abandona Madrid.
No se exilia como muchos combatientes republicanos y se marcha a Honrubia con su familia, donde se presenta a las nuevas autoridades. La prisión, un juicio y la expulsión de la Guardia Civil es lo que encontró en los siguientes años.
Recupera la libertad y vuelve a Montejaque, pero una denuncia de un falangista hace que se curse orden de busca y captura contra él. Un aviso antes de que fueran a por él hizo que Bernabé no se lo pensase y huyó de su casa. No estaba dispuesto a volver a la cárcel por delitos inexistentes.
La Guardia Civil localiza su emplazamiento y en un enfrentamiento en el monte logran herirle. Bernabé consigue huir y su hijo mayor decide acompañarle para no tener que entrar en el ejército para hacer el servicio militar obligatorio. La serranía de Ronda acoge a partidas dispersas de guerrilleros. Bernabé contacta con ellos.
La financiación de la Guerrilla era necesaria y los terratenientes y propietarios son secuestrados para cobrar rápidos rescates que ayudan al mantenimiento de las partidas. Los sabotajes se suceden así como la propaganda guerrillera a los campesinos, que a la postre, era lo que se buscaba para captarlos como enlaces. La ansiada intervención de los aliados, hizo que en el año 1945 se creara la Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas, Sector Sur con integrantes sin distinción ideológica. En el 1946 Se constituye la Alianza de Fuerzas Democráticas, bajo el mando de Bernabé, donde ya es conocido como “Comandante Abril”.
Bernabé intentó aglutinar combatientes por encima de diferencias políticas, logrando una gran cohesión entre sus hombres, pero sus ideas libertarias no cuadraban con la línea a seguir de otro dirigente guerrillero del PCE, Pablo Pérez Hidalgo. Las diferencias entre ambos hicieron que se dividieran las fuerzas. Bernabé y sus hombres se instalaron en la zona de Cádiz, Pablo y los suyos fueron a la parte malagueña.
En 1947 el Decreto Ley de Bandidaje y Terrorismo instaura la consigna de la “Ley de fugas”, agravando la lucha contra la guerrilla y sus apoyos. La Guardia Civil tenía las manos libres para ajusticiar “in situ” a cualquier sospechoso de apoyar a la guerrilla, y por supuesto, a los propios guerrilleros. También se crearon las famosas contrapartidas, que consistían en grupos de Guardias Civiles simulando ser guerrilleros, portando armamento e indumentaria similares a los de la sierra. Su misión era el desenmascaramiento de los enlaces y desprestigio de los verdaderos guerrilleros al efectuar acciones impopulares entre la población.
En 1949 se crea la Agrupación Fermín Galán, aglutinando a las partidas de la zona. Bernabé es elegido jefe de la Agrupación y Pablo Pérez Hidalgo jefe del Estado Mayor. El campamento estable de la recién creada Agrupación se encontraba en la zona de Medina Sidonia.
Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, abandonó el campamento supuestamente en busca de suministros, pero desertó y se presentó en el cuartel de la Guardia Civil buscando la promesa de indulto si delataba a sus compañeros. “Largo Mayo” fue vestido de Guardia Civil, y en compañía de estos, guio a las fuerzas hasta el campamento de Bernabé.
Se esperó hasta el amanecer después de rodear el campamento donde pernoctaban seis guerrilleros. Las bombas de mano y los disparos de los veinte guardias mataron en el primer ataque a Juan Ruiz Huercano, “Capitán” e hirieron a Bernabé quien cubrió la retirada de los supervivientes, incluido su hijo, y aguantó hasta que acabaron con su vida. Veintitrés impactos de bala tenía en su cuerpo cuando lo encontraron. Cargaron en un mulo los cuerpos de los dos guerrilleros muertos y a la vista de todo el pueblo, los arrojaron en una fosa del cementerio de Medina Sidonia.
LA TRAICIÓN Y MUERTE DE BERNABÉ
En la noche del 30 de diciembre de 1949 la situación cambió definitiva y funestamente para la Agrupación Guerrillera. En estas fechas, Bernabé y sus hombres se encontraban en el campamento de Medina Sidonia, desde donde les resultaba relativamente fácil desplazarse hasta las sierras de Grazalema y Ronda. El encargado de llevar los suministros al campamento era Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, un hombre sin ideales claros que se había visto obligado a echarse al monte unos cuatro años antes. Esa noche salió del campamento para traer comida, pero fue directamente al cuartelillo de la Guardia Civil para delatar a sus compañeros, ya que había sabido por su esposa que la Guardia Civil había prometido que saldría impune si delataba al resto de la agrupación.
Inmediatamente se dieron las órdenes oportunas para establecer bajo el mando del teniente José Girado González, Jefe de los Servicios de Represión de Bandoleros, un dispositivo de cerco en la zona del Cerro de la Atalaya y, concretamente, en el paraje de difícil acceso conocido como el Haza del Cabezón, donde se encontraba el campamento, con fuerzas de la Guardia Civil de Medina Sidonia, Benalup-Casas Viejas, Chiclana de la Frontera y Cádiz; siendo el propio Largo Mayo, vestido con el uniforme de la Guardia Civil, quien les guió hasta el mismo campamento.
Más de veinte guardias rodearon el campamento y esperaron al amanecer, aunque no se pudieron acercar demasiado, ya que Bernabé y sus hombres solían colocar latas vacías unidas entre sí rodeando todo el campamento, precisamente para evitar ser sorprendidos en la noche.
El ataque se inició con el lanzamiento de varias granadas de mano, seguido de abundante fuego de fusilería y subfusil. Mataron en el primer ataque a Juan Ruiz Huercano, “Capitán” e hirieron a Bernabé quien cubrió la retirada de los supervivientes, incluido su hijo, y aguantó hasta que acabaron con su vida. Veintitrés impactos de bala tenía en su cuerpo cuando lo encontraron. Cargaron en un mulo los cuerpos de los dos guerrilleros muertos y a la vista de todo el pueblo, los arrojaron en una fosa anónima del cementerio de Medina Sidonia.
El resto de la agrupación corrió desigual suerte. José Calvo Pena, Juan Toledo Martínez Caracoles, Juan Virgil de Quiñones Juanito, Juan Francisco Domínguez Gómez Pedro el de Alcalá, Francisco Moreno Barragán Benito y Pablo Pérez Hidalgo Manolo el Rubio acudían todas las tardes a un caserón de Algatocín, conocido como El Chorrón, donde fueron sorprendidos por la Guardia Civil gracias a la colaboración de Pedro El Seco, dueño del caserón.
En la refriega murieron los seis guerrilleros, aunque debido a una jugarreta del destino no fue Manolo el Rubio el que bajó esa noche del monte a cenar, sino Antonio Rincón González; pero como su rostro estaba desfigurado y nadie reclamaba el cadáver, el padre de Manolo el Rubio lo identificó como su hijo, no sabemos si para salvarle la vida o simplemente porque lo creyó muerto. Manolo el Rubio nunca lo sabría, ya que cuando se enteró de lo ocurrido, decidió buscar a Ana Trujillo Herrera "la oveja", una viuda de guerra que vivía en una choza en el municipio de Genalguacil (cerca de Ronda), que, aun viviendo sus padres, acogió al guerrillero en su humilde choza, donde le hizo un cancel con juncos y enredaderas en uno de los ángulos, allí vivió encerrado como “topo” la friolera de veintisiete años, hasta que se enteró de la proclamación de don Juan Carlos I como Rey de España.
Metralleta Sten MK3 de uso frecuente en los guerrilleros
Bibliografía:Inmediatamente se dieron las órdenes oportunas para establecer bajo el mando del teniente José Girado González, Jefe de los Servicios de Represión de Bandoleros, un dispositivo de cerco en la zona del Cerro de la Atalaya y, concretamente, en el paraje de difícil acceso conocido como el Haza del Cabezón, donde se encontraba el campamento, con fuerzas de la Guardia Civil de Medina Sidonia, Benalup-Casas Viejas, Chiclana de la Frontera y Cádiz; siendo el propio Largo Mayo, vestido con el uniforme de la Guardia Civil, quien les guió hasta el mismo campamento.
Más de veinte guardias rodearon el campamento y esperaron al amanecer, aunque no se pudieron acercar demasiado, ya que Bernabé y sus hombres solían colocar latas vacías unidas entre sí rodeando todo el campamento, precisamente para evitar ser sorprendidos en la noche.
El ataque se inició con el lanzamiento de varias granadas de mano, seguido de abundante fuego de fusilería y subfusil. Mataron en el primer ataque a Juan Ruiz Huercano, “Capitán” e hirieron a Bernabé quien cubrió la retirada de los supervivientes, incluido su hijo, y aguantó hasta que acabaron con su vida. Veintitrés impactos de bala tenía en su cuerpo cuando lo encontraron. Cargaron en un mulo los cuerpos de los dos guerrilleros muertos y a la vista de todo el pueblo, los arrojaron en una fosa anónima del cementerio de Medina Sidonia.
El resto de la agrupación corrió desigual suerte. José Calvo Pena, Juan Toledo Martínez Caracoles, Juan Virgil de Quiñones Juanito, Juan Francisco Domínguez Gómez Pedro el de Alcalá, Francisco Moreno Barragán Benito y Pablo Pérez Hidalgo Manolo el Rubio acudían todas las tardes a un caserón de Algatocín, conocido como El Chorrón, donde fueron sorprendidos por la Guardia Civil gracias a la colaboración de Pedro El Seco, dueño del caserón.
En la refriega murieron los seis guerrilleros, aunque debido a una jugarreta del destino no fue Manolo el Rubio el que bajó esa noche del monte a cenar, sino Antonio Rincón González; pero como su rostro estaba desfigurado y nadie reclamaba el cadáver, el padre de Manolo el Rubio lo identificó como su hijo, no sabemos si para salvarle la vida o simplemente porque lo creyó muerto. Manolo el Rubio nunca lo sabría, ya que cuando se enteró de lo ocurrido, decidió buscar a Ana Trujillo Herrera "la oveja", una viuda de guerra que vivía en una choza en el municipio de Genalguacil (cerca de Ronda), que, aun viviendo sus padres, acogió al guerrillero en su humilde choza, donde le hizo un cancel con juncos y enredaderas en uno de los ángulos, allí vivió encerrado como “topo” la friolera de veintisiete años, hasta que se enteró de la proclamación de don Juan Carlos I como Rey de España.
Metralleta Sten MK3 de uso frecuente en los guerrilleros
* El maquis en la provincia de Cádiz, de Manuel Pérez Regordán (1987)
* La guerrilla antifranquista, de V. Antonio López (2014)
* Wikipedia
* Blog Raices de Grazalema
FAbuloso relato... Enhorabuena Manuel.
ResponderEliminarCuando en mis "años mozos", allá por 1983 recorría Jauletas, no conocía estas historias, si no hubiese disfrutado mucho más...
Gracias Agustín. Un saludo.
EliminarSALUDOS: UN LINDO REPORTAJE BIEN REDACTADO QUE NOS HACES RECORDAR PARTE DE NUESTRA HISTORIA DE LOS MAQUIS EN LA PROVINCIA DE CADIZ POR EL Sr. MAESTRO M.PEREZ REGORDÁN POR LO TANTO SOLO TE PUEDO DECIR: ENHORABUENA MANUEL.....
ResponderEliminarGracias Julio. Un saludo.
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