Parque Natural Sierra de Grazalema (Benamahoma, Cádiz)
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Ruta circular de unos 6,2 km por los alrededores de la localidad de Benamahoma. El punto de inicio y final está situado en el parking del sendero del río Majaceite. Tras un corto recorrido por el casco urbano subiremos por la ladera occidental del cerro de la Atalaya, pasando por la cruz y la cumbre del mismo nombre. Luego bajaremos por la cara oriental hasta conectar con el sendero del Descansadero que nos llevará al Molino del Susto y de nuevo a Benamahoma.
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
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Tipo de actividad | Senderismo |
Pueblos cercanos | Benamahoma, El Bosque |
Paraje | Parque Natural Sierra de Grazalema |
Comienzo | Casco urbano de Benamahoma |
Final | En el punto de inicio |
Distancia aprox. | 6,2 km |
Tiempo | 5 horas (en plan tranquilo, incluidas paradas para fotos y comida) |
Altura máxima, altura mínima, | Altura máxima: 686 m (Cerro de la Atalaya) Altura mínima: 407 m (Benamahoma) |
Ascenso acumulado | 368 m |
Trazado | Circular |
Dificultad | Media |
Track | Descargar aquí |
Benamahoma desde el cerro Albarracín.
Benamahoma es de origen árabe, su nombre proviene de "Bena Mahummad" cuya traducción es "hijos de Mahoma". El primer componente, "Bena", heredado del árabe abna (plural de "ibn", que significa "hijo"), y el segundo, "Muhammad", del español antiguo Mahoma.
Tras la reconquista de lo sierra por los cristianos, en 1609 fueron expulsados los últimos mudéjares y moriscos que la habitaban. Al principio este núcleo urbano dependía de las Cuatro Villas de la Serranía, hasta que el 11 de septiembre de 1810, basándose en la heroica resistencia que hicieron ante el invasor francés, sus foráneos solicitaron de la regencia de España depender exclusivamente de Grazalema. Como justificación, los guerrilleros Miguel y Diego Castillo aseguraban, que el día 13 del anterior mes de febrero habían matado dos caballos, dos hombres y herido de muerte a diez franceses.
En Benamahoma se celebran las fiestas de moros y cristianos. Aunque no existen documentos históricos locales que confirmen el comienzo de dicha celebración, si se hace referencia al origen árabe del núcleo poblacional situado dentro del municipio de Grazalema, en las crónicas del moro Rasis en el siglo XV y en el diario del viajero romántico y antropólogo inglés Richard Ford en el siglo XIX.
El origen de estas fiestas parece encontrarse en Andalucía en forma de luchas festivas entre nobles y caballeros agrupados en dos bandos, moros y cristianos. Así lo confirma la referencia de una lucha festiva realizada en la ciudad de Jaén en 1463 con la intervención de un importante condestable. Posteriormente, en el siglo XVIII, la representación va pasando de la nobleza al pueblo, y de la ciudad a las aldeas, institucionalizándose en fechas fijas y periódicas ligadas a la festividad de los patronos.
Es ahí donde se encuentra el origen de las luchas de moros y cristianos de Banamahoma, por ser este un pueblo que en época árabe era una alquería musulmana con población morisca, perteneciente a la medina de Grazalema y tener que enfrentarse a la llegada de los caballeros cristianos, repobladores de las tierras benamahometanas.
Fiesta de moros y cristianos en Benamahoma
Comenzamos la ruta aparcando en el inicio del sendero del río Majaceite en la localidad de Benamahoma.
Subimos por la calle La Venta y pasamos por la Fuente de los Tres Chorros. años. En este lugar se recogía el agua para las casas del pueblo, se daba de beber a las bestias y al ganado. Su agua procede del manantial de "El Nacimiento"
Continuamos por la calle Nacimiento.
El Parque de la Memoria Histórica
La Sierra del Labradillo al fondo.
La Iglesia de San Antonio de Padua. Sus campanas está fechadas en los años 1680 y 1786. Con una flecha marco la peña donde está situada la Cruz de la Atalaya, nuestro primer objetivo.
Zoom hacia la Cruz de la Atalaya.
La plaza de toros, que tiene adosada a la fachada de la iglesia una parte de los graderíos y corrales.
Entre la iglesia y el centro de la "colección histórica moros y cristianos" se encuentra el inicio del sendero.
Comenzamos el sendero subiendo entre lentiscos y algarrobos por la ladera occidental del cerro de la Atalaya donde se encuentra el cartel "en blanco" del sendero SL-A 5 Benamahoma - La Atalaya.
Narcissus papyraceus (Narciso blanco, Meao de zorra)
Dejamos a la izquierda el sendero que sube directamente a la Cruz de la Atalaya y continuamos por la derecha dando un rodeo.
Llegamos a un claro con un bonito mirador natural.
Aquí también se encuentra "la calerilla".
Este método artesanal de obtener cal, era relativamente frecuente en estas sierras hasta mediados del siglo XX. La roca caliza, tan abundante en esta zona, presenta la particularidad de adquirir las características propias de la cal viva (óxido de calcio) si son sometidas a la acción del calor.
La típica calera consistía en un pozo de unos 4 metros de profundidad, que se recubría interiormente de un muro de piedra, elevado del suelo otros 2 metros. Esta estructura quedaba fija para posteriores usos. Las piedras que se querían transformar en cal se disponían recubriendo interiormente la calera. El centro se rellenaba con aulagas y el exterior se cubría con barro para evitar la dispersión del calor. Se cava una entrada en la parte baja para alimentar el horno con el combustible, principalmente aulagas, arbusto espinoso que tiene un poder calorífico muy alto y es muy común en estos montes. Se estima que una calera media consumía unas 3000 aulagas. También era corriente hacer unos respiraderos para asegurar una correcta cocción.
La calcinación duraba unos tres días y tres noches, y durante este período los hombres debían turnarse para mantener constante la temperatura de la calera a unos 1000 grados. Una vez extraída, para prepararla se sumergía en agua durante 4 o 6 días fermentando, hirviendo, "apagándose". Quedaba así lista para enlucir.
La cal se utilizaba como amalgama, se mezclaba con arena o arcilla para unir piedras o ladrillos. Servía para desinfectar las cuadras, el agua de los aljibes y como abono para la tierra.
También como pintura. Aún hoy es común en estos pueblos “el encalijo”, que consiste en pintar con cal las fachadas de las casas, dándole ese característico color blanco a estos municipios. Con esto se conseguía desinfectar las paredes y evitar su recalentamiento de las paredes actuando como reflejante de los rayos del sol.
Mas adelante el camino gira 90º a la izquierda en continua subida.
Carbonero común (Parus major)
Restos de alguna antigua construcción o corraletas.
Entramos en un frondoso bosque de encinas mezcladas con quejigos.
Y llegamos a la Cruz de la Atalaya. Con
la cristianización del lugar y la llegada de las órdenes religiosas, el clero de la época coloca el símbolo de la cruz como conmemoración de la ocupación del pueblo
por los cristianos. Dicho símbolo adquiere su fisonomía actual con la llegada en la década de los cincuenta de un grupo de misioneros que regalan al pueblo la actual cruz y la ubican coronándolo como forma de recordar su llegada y proteger al mismo en nombre de Dios frente a su origen árabe.
Al norte vemos la Sierra del Labradillo, cerro del Pilar y del Hinojar.
Al sureste los cerros Albarracín y Ponce. Abajo asoma Benamahoma.
Al noreste tenemos el cauce del río Majaceite y con el zoom vemos algunos cerros de los términos de Prado del Rey y Villamartín, entre ellos el cerro Pajarete donde se ubica el Castillo de Matrera.
Castillo de Matrera en el cerro Pajarete.
Lagartija ibérica verdosa (Podarcis virescens)
Volvemos al sendero principal
Otro claro en el bosque desde el que vemos el extremo oeste de la Sierra del Pinar.
Ruinas de otra construcción.
Un quejigo singular.
Abandonamos el camino para subir a la cima del cerro de la Atalaya. Aquí es fácil despistarse, en este tramo apenas hay sendero marcado y está invadido por los arbustos. Debemos avanzar aprovechando los claros.
Ganamos altura.
Cima del cerro de la Atalaya. Aquí se encuentran los restos de lo que pudo ser una torre o atalaya defensiva de la época musulmana. Detrás tenemos la Sierra del Labradillo a la izquierda y el Pico del Puntal a la derecha. Entre los dos asoman el cerro del Pilar y el del Hinojar.
Vistas al otro lado del cerro de la Atalaya, con el pico del Puntal a la izquierda y el Albarracinejo a la derecha.
Mas lejanas, sobre los arbustos, asoman la sierra del Endrinal y la sierra del Caillo.
Regresamos al sendero principal para comenzar la bajada por la cara opuesta a la que subimos.
Desde aquí vemos la carretera que sube de Benamahoma al Puerto del Boyar y Grazalema.
Ahora caminamos paralelos a este vallado.
Y entramos en un bonito quejigal.
Zarzaparrilla o zarza morisca (Smilax aspera)
Helechos epifitos.
Continuamos bajando. Arriba la sierra del Pinar con el pico del Águila y el Cerezo o Mellizo cubiertos de nubes. El Torreón no sería visible desde este lugar.
Pasamos por esta cancela y conectamos con el Sendero del Descansadero. Por la izquierda se llegaría al área recreativa Llanos del Campo por el Sendero del Tesorillo.
El Sendero Arroyo del Descansadero discurre en su primer tramo paralelo a la carretera A-372 y al arroyo del mismo nombre.
Caminamos por el "Cordel de Arcos" o antiguo "Camino de Grazalema a Arcos".
Llegamos a la Fuente del Descansadero.
La fuente fue construida por el ICONA (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) en los años setenta del siglo pasado.
El arroyo del Descansadero baja hacia Benamahoma donde se une al río Majaceite o río de El Bosque. En su cauce podemos observar juncos, adelfas, sauces y otras especies típicas de los márgenes de los ríos.
Encontramos un panel informativo sobre las caleras.
De la calera hay poco que ver.
Ahora debemos cruzar la carretera A-372.
Pasamos al otro lado.
Bajamos por un camino empedrado.
Llegamos a un cruce donde el camino continúa por la derecha hacia Benamahoma, pero antes nos desviamos un poco a la izquierda hacia el "punto de interés etnográfico".
Y aquí se encuentra el conocido como "Molino del Susto".
Construido a principios del siglo XVII, aprovechaba la fuerza de la corriente del arroyo del Descansadero para girar sus mecanismos y utilizarla en la molienda de trigo para hacer harina.
Destruido tras la guerra civil y debido a las condiciones de humedad, trata de resistir el paso del tiempo transformándose en la fantasmagórica estructura que vemos, donde se dan las condiciones idóneas para la proliferación de musgos, líquenes, helechos y sobre todo de leyendas de fantasmas.
Continuamos donde lo dejamos.
De nuevo volvemos a cruzar la A-372.
Y continuamos por la calle Real de Benamahoma.
El Ayuntamiento
Ermita de San Antonio
Y eso es todo.
Mapa
Perfil
Vídeo (click sobre la rueda dentada para elegir resolución 1080p)
Ruta en Wikiloc
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