El Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida alberga los ambientes más representativos de la Bahía de Cádiz. La Playa de Levante, la marisma natural de los Toruños, la Salina de los Desamparados transformada para el cultivo de peces, el Pinar de la Algaida así como las lagunas temporales de agua dulce y saladas tienen cabida en las 1.000 hectáreas del Parque, conformando un espacio singular. Esta diversidad de ambientes hace que podamos encontrar plantas exclusivas de este lugar así como animales y paisajes de enorme interés.
El Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de la Algaida está integrado en el Parque Natural Bahía de Cádiz. Además está declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), por lo que forma parte de Red Natura 2000.
Las marismas naturales o las transformadas por el hombre, los sistemas dunares, los pinares costeros o las playas del Río San Pedro y de la Bahía de Cádiz son algunos de los elementos que confluyen en este Parque Metropolitano y que se encuentran enmarcados en la Red de Espacios Libres de la Bahía de Cádiz.
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
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Fecha | Enero 2017 |
Pueblos cercanos | Puerto Real, Cádiz |
Paraje, Parque... | Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida |
Comienzo | Campus Univesidad de Puerto Real |
Final | En el punto de inicio |
Distancia aprox. | 30 km |
Tiempo | Depende de tu velocidad de "pedaleo" |
Desnivel - Alturas | Desnivel inapreciable, a escasos metros sobre el nivel del mar.. |
Dificultad | Baja |
Trazado | Circular y lineal |
Track | Descargar aquí |
Comenzamos en la puerta de acceso al Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de la Algaida, próxima al campus universitario de Puerto Real, que nos introduce en una interesantísima combinación de ecosistemas que favorecen la existencia de un gran número de animales y plantas.
El sendero es realmente un carril por el que no está permitido el tránsito de vehículos siendo una ruta perfecta para realizar en bicicleta de montaña. Comenzamos en la entrada al Pinar de la Algaida.
El primer tramo de nuestra ruta corresponde al Sendero Pinar de La Algaida - Salina Desamparados, dos ecosistemas de marcado contraste.
La primera parte transcurre bajo un bosque de pino piñonero, llamado La Algaida. Algaida es una palabra de origen árabe, que significa selva. La espesura, sin embargo, proviene del abundante matorral que recogen bajo sus grandes copas los pinos piñoneros. Entre sus altos troncos se distribuyen los lentiscos, sabinas, retamas, bufalaga, y otros matorrales. Los lugares densos de retama son los escogidos para vivir por el camaleón y gran cantidad de pequeñas aves.
Influenciado por las mareas y las precipitaciones se forman unas lagunas temporales muy importantes desde el punto de vista ecológico, que bordearemos justo antes de llegar a las marismas y salinas de Nuestra Señora de los Desamparados, por las que el sendero transita hasta el puente sobre el Río San Pedro cerca de Valdelagrana, donde concluye.
En algunas zonas más elevadas de las marismas, en las que el viento ha acumulado gran cantidad de arena, aparecen estos bosques de pino piñonero. Estos pinares tienen su origen en las reforestaciones realizadas a fines del siglo XIX y principios del XX, para frenar el avance de las dunas y la fijación de unos suelos que el mar o la marisma disputaban.
El pinar de La Algaida albergó cortijadas asociadas a explotaciones agropecuarias; sin embargo, el recurso más preciado fue la piña, fruto del pino piñonero, cuya recolección tiene lugar entre los meses de noviembre y abril. El pinar de La Algaida no solo ha sido refugio de animales. A su sombra, las tropas napoleónicas instalaron su campamento en la campaña por la conquista de Cádiz, época en la que Puerto Real, a cuyo término pertenece, fue duramente castigada y casi destruida tras la batalla de La Barrosa.
El territorio fronterizo entre tierra y mar resulta aquí accesible gracias a una infraestructura pensada para el uso público.
Nada mas comenzar también veremos otro cartel, el del Itinerario Botánico Pinar de la Algaida. Este Parque se puede definir como un mosaico de hábitats, lo que le confiere una diversidad natural realmente importante ya que cada uno de ellos tiene una fauna y una flora asociadas, que los convierten en entornos exclusivos. Precisamente a través de este itinerario botánico tenemos la oportunidad de conocer las plantas más representativas del monte mediterráneo, así como algunas características de la marisma.
Aristolochia baetica
A muy poca distancia de nuestro comienzo entramos por un camino a nuestra izquierda. Tiene a ambos lados unas lagunas hipersalinas que se nutren del Caño de la Sal, un ramal del río San Pedro.
Si continuamos un poco mas y nos adentramos en el pinar, llegaremos hasta los restos de lo que fue el intento de construcción de una antigua fundición, de una siderurgia en la Algaida.
En la segunda mitad del S. XIX la bahía gaditana se tornó en un escenario de desarrollo industrial de primer nivel como consecuencia de tres factores principales:
- El comercio gaditano generó grandes capitales que permitían la inversión,
- Existía una infraestructura importante de Puertos y ferrocarriles, incluida la primera línea férrea andaluza,
- La implantación del primer astillero civil de España en Matagorda por el Marqués de Comillas, D. Antonio López, que generó grandes perspectivas comerciales y productivas.
Al amparo del Astillero de Matagorda se realizó una intentona industrial por José Pacheco secundada por personas acaudaladas como los Abarzuza, consistente en instalar un horno Martín Siemen para fundición de aceros y fabricación principalmente de tubos sin soldadura. La fábrica, denominada popularmente Alto Horno se ubicaría en la Algaida en una zona con restos de época napoleónica.
Lamentablemente la iniciativa no prosperó aunque quedan restos de la fábrica como las toberas y respiraderos y la memoria de ser el primer intento civil de instalación de industria auxiliar en la Bahía de Cádiz. Es destacable un documento en AMPR donde se declara Hijo Adoptivo de la Villa a D. José R. Pacheco, Con fecha de 8 de Enero de 1902. Faltaban diez años para que se construyese el famoso Titanic.
Regresamos al sendero principal de Los Toruños.
Entre pinos piñoneros y el sotobosque asociado a él (lentisco, aulaga, sabina y retama), pasamos por varios circuitos deportivos.
Opcionalmente podemos desviarnos por un camino a nuestra derecha hasta llegar al Pocito del Camino de los Pozos o Pocito de la Salud. Se trata de un pozo recientemente recuperado. El brocal está reconstruido con materiales modernos mientras que la parte subterránea, la original, es de ripio de piedra. Puede ser bastante antiguo pues en su entorno se hallaron aparecen restos cerámicos de los siglos XVI y XVII.
Este pozo es artesiano. Llega al manto donde la arena se satura de humedad y capta parte del agua dulce que en el freático flota sobre el agua salada por su diferencia de densidad. Por ello en el pozo se produce una columna de agua dulce sobre una base salada. Al sacar agua no debe removerse demasiado la superficie pues esto produciría la mezcla entre las capas, tornándose el agua salobre e inapropiada para el consumo.
Después del uso, el pozo precisa de varias horas para volver a separar por decantación el agua dulce de la salada. Está anexo al acceso que recupera El Camino de los Pozos, que daba servidumbre desde la Dehesa de la Algaida al antiguo pozo de Carretones. (I edición de Plano Topográfico Nacional, año 1917, Hoja 1061).
De nuevo regresamos al camino principal y continuamos.
A la derecha y oculto en el pinar se encuentra el Pocito del Camino Viejo de la Dehesa.
Ahora llegamos a un cruce en el Pinar de la Algaida. A la izquierda llegaríamos a una torre mirador, con vistas sobre el propio pinar, el río San Pedro y las marismas. También veríamos el puente de madera que cruza el río y que enlaza con el sendero de Los Toruños. Pero eso será a la vuelta. Nosotros continuamos por la derecha.
En el siglo XIX, con el objetivo de asediar Cádiz, las tropas napoleónicas establecieron su campamento en el Pinar de La Algaida. Construyeron también baterías de las que apenas quedan restos. Tras la retirada de las tropas se construyó la Cortadura de San José, hoy Caño de la Ministra, para facilitar la defensa de la península del Trocadcro. Este sería el principal escenario de la Batalla del Trocadero en la que salieron victoriosos los Cien Mil Hijos de San Luis y en cuya memoria se nombraron los famosos sitios parisinos.
Un panel nos informa sobre las lagunas temporales en el Pinar de la Algaida. Las impermeables arcillas que abundan en este lugar, determinan la aparición en épocas de lluvias de ciertos encharcamientos que pueden crecer formando pequeñas lagunas. Tienen gran importancia desde el punto de vista ecológico, ya que son una "isla de agua dulce" en un entorno muy salino. Estas peculiaridades hacen que en estas lagunas se desarrollen interesantísimas comunidades de plantas, algas, pequeños y grandes animales,... Y nuestro clima también es parte integrante de este paisaje, ya que debido a la estacionalidad de las lluvias, en determinadas épocas del año, las lagunas se secan. Esto, que a nuestros ojos parece ser un desastre para los organismos que viven aquí es, sin embargo, fundamental para sus ciclos vitales y reproductivos: anfibios, insectos y pequeños crustáceos necesitan estos periodos de sequía.
Foto de otro año de esta misma zona en plena época de lluvias y formación de lagunas temporales.
Mas adelante, oculto y a la izquierda del camino, se encuentra el Pozo Grande del Pinar.
También, entre los pinos, tenemos el Pozo de la Rúbrica. Está próximo al antiguo camino de la Dehesa, que también se usaba como camino de El Puerto de Santa María al Trocadero. Fue construido en algún momento entre el S. XVI y el XVIII, sin poder precisar más. Se conoce que en el siglo XX se le hicieron algunas reparaciones, algunas de ellas reutilizando ladrillos refractarios de la Siderurgia de la Algaida.
Por su pequeño tamaño, se entiende que servía para que las bestias de carga o de montura que andaban por la Antigua Dehesa de La Algaida abrevaran en el pequeño pilar que tiene anexo. Dicho pilar tiene forma de cuarto de círculo y se realizó con la misma técnica constructiva primitiva del pozo, si bien en la parte superior presenta tres reparaciones realizadas durante el S. XX.
En el enlucido original se distingue la firma de los alarifes (albañiles) que realizaron la obra. Como parte de esta firma se observa una retícula elaborada, resulta que este tipo de elementos en las rúbricas son propias de personas con un nivel relativamente elevado, podría ser del arrendatario de la finca que pagó la construcción del pozo o incluso del maestro alarife que dirigió la construcción del mismo.
Aquí acaba el Pinar de la Algaida, junto a un cartel informativo de las marismas, que veremos justo detrás de esas retamas.
Las marismas sólo se inundan con las mareas vivas. Estas inundaciones determinan tres zonas principales, según el tiempo que la zona quede bajo el agua, con la presencia de plantas y animales específicos. Son la marisma alta, la media y la baja. La marisma alta se inunda muy pocas veces, y aquí es donde abundan los almajos salados (Limoniastrum monopetalum). En la marisma media se producen las inundaciones con mayor frecuencia, siendo la sarcocornia y la sapina o sapillo (Arthrocnemum macrostachyum) las plantas más abundantes. Las mareas vivas normales, que son cada quince días, inundan la marisma baja, en la que tan sólo pueden vivir plantas como la espartina.
Tradicionalmente, las marismas han sido vistas como zonas improductivas y foco de infecciones como el paludismo. Hoy sabemos que eso no es cierto, siendo uno de los ambientes más productivos y ricos del planeta. Al ser además el paisaje dominante de la Bahía de Cádiz, el hombre ha convivido durante siglos con estos elementos. Hoy en día son pocas las marismas que se conservan en su estado natural, ya que han sufrido grandes transformaciones por el hombre. Las salinas, y posteriormente los cultivos acuícolas, se asientan en antiguas zonas marismeñas.
El sendero ahora transcurre a la derecha de las marismas, quedando al otro lado la carretera CA-32.
Abandonamos de nuevo el sendero oficial que hace un giro a la izquierda y continuamos en línea recta entrando en la Salina de los Desamparados.
Un perezoso.
A nuestra derecha una laguna temporal ha inundado el tarajal.
El Pozo de la Salina Desamparados.
Igual que los anteriores, este pozo es artesiano. Se produce una columna de agua dulce sobre una base salada por diferencia de densidad.
Las ruinas de la casa salinera nuestra señora de los desamparados. Desde el S. XV los Toruños y el Río San Pedro se tornan como un importante foco de actividad salinera y cría de peces. La casa salinera de la Salina Nª Sª de Los Desamparados articulaba desde el siglo XVIII una amplia explotación donde principalmente se obtenía sal, pero también existía un estero, varios embarcaderos, una vaqueriza y un huerto.
En una de las paredes vemos esta placa.
Los orígenes de la extracción salinera se remontan a siglos, pasando por fenicios y romanos, y llegando a nuestros días. La Bahía de Cádiz cosechó, históricamente, gran parte de la sal extraída en las costas peninsulares. El fundamento de una salina,artesanal o industrial, se basa en la toma de agua de los caños durante la marea alta, para hacerla circular, aprovechando la fuerza de la gravedad y mediante un sistema de compuertas, por una serie de balsas cada vez menos profundas y sinuosas. Así se consigue que el agua se vaya evaporando por efecto del viento y del sol. Finalmente, la sal cristaliza en pequeños depósitos de muy escasa profundidad. Es entonces extraída y puesta a secar en grandes explanadas conocidas como saleros, configurando un paisaje familiar para los habitantes de la bahía. Hoy, la mayoría se han convertido en lugar de cría de alevines que son capturados controladamente, dando lugar a una nueva industria, la acuicultura, practicada de manera extensiva.
Foto de la salina San Vicente (San Fernando)
Foto de la salina San Vicente (San Fernando)
Aprovechamos para realizar una circular por los caminos de la salina de los Desamparados y así conocerla mejor.
Regresamos al camino principal que ahora transcurre junto al río San Pedro.
Durante miles de años los ríos que provenían de tierra adentro, junto a la acción del mar en el que desembocaban, han ido componiendo el paisaje litoral donde nos encontramos. Las corrientes litorales, el viento y los aportes de sedimentos del Río San Pedro y del rio Guadalete son los creadores de las marismas de El Toruño.
Río San Pedro era un brazo del río Guadalete. Con los abundantes aportes de fangos, y, sobre todo, por los procesos de drenaje de las marismas de La Tapa y la creación de diques y muros, éste se fue rellenando y aislando de su cauce original, hasta quedar en el río que riega con sus aguas estas marismas.
Río San Pedro
Las aguas de los ríos se mezclan con las marinas. Estas aguas turbias son ricas en nutrientes, por lo que la riqueza biológica de estos ambientes es inmensa, a pesar de lo que puede parecer a primera vista. Peces, moluscos, algas y aves encuentran un hábitat privilegiado en las planicies mareales y playas. Durante el trayecto podremos encontrarnos con aves como correlimos, chorlitejo, aguja, andarrío, archibebe, zarapito, avoceta, cigüeñuela, varias especies de gaviotas, garza, cigüeña, espátula, así como el flamenco; junto a una vegetación altamente especializada y distribuida según la inundabilidad y la salinidad de los suelos: sapina, salado, espartina, etc.
Zarapito trinador (Numenius phaeopus)
Archibebe común (Tringa totanus)
Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
Correlimos común (Calidris alpina)
Andarríos chico (Actitis hipoleucos)
Chorlito gris (Pluvialis squatarola)
Gaviota sombría (Larus fuscus)
Garceta común (Egretta garcetta)
Este tramo del recorrido pasa de la salinas tradicionales, abandonadas, a las balsas de una explotación más industrializada, pero cuyo fundamento es el mismo. Varios paneles explicativos nos aportan información sobre diferentes aspectos relacionados con el río, la acuicultura y las propias salinas.
Estas estacas sirven para la contención del muro o "vuelta de afuera".
Aquí encontramos un cartel sobre la acuicultura intensiva. En la Bahía de Cádiz, muchas salinas son actualmente cultivos marinos. Dependiendo del grado de transformación de estas salinas y de la producción que se obtenga, se pueden considerar dos tipos: en intensivo o en extensivo. Una antigua salina se convierte en zona de cultivo en extensivo manteniendo en gran medida la conformación primitiva. Se suele conservar el estero original, inundando casi completamente el resto de las estructuras de la salina.
Los diferentes peces y otros organismos entran en el estero, y estos se alimentan y engordan sin proporcionarles ningún tipo de alimento. En invierno, los peces que no han llegado a las tallas apropiadas quedan resguardadas en una pequeña balsa o compartimento próximo al estero principal, que se llama chiquero.
El ciclo de vida en un cultivo pasa por tres fases a lo largo de un año: alevinaje (en invierno, dejando las compuertas del estero abiertas. Los alevines entran en el estero gracias a las mejores temperaturas que esta agua tienen). Engorde, tras cerrar las compuertas en primavera, los peces se alimentan de la producción natural del estero, el cual regenera sus aguas cada 15 o 20 días aprovechando las mareas vivas. El despesque se realiza entre septiembre y marzo, cuando alcanzan el tamaño comercial. El estero se va vaciando poco a poco, concentrándose los peces en las zonas más profundas. Desde aquí se sacan los grandes, y los pequeños son devueltos al chiquero para que completen su crecimiento.
Cormorán (Phalacrocorax carbo)
El cormorán es un ave que se alimenta de peces y en los esteros y piscifactorías también encuentran su comida. Son odiados por muchos pescadores y explotaciones acuícolas que los abaten a tiro limpio. Pero la culpa del descenso de los peces no la tienen esos pájaros, sino la sobrepesca y otros factores. De especie desprotegida ha pasado a especie exterminable.
Redes que obstaculizan la captura de peces por los cormoranes.
Aquí encontramos un cartel explicativo de las salinas.
Pasamos al otro lado del río San Pedro por esta pasarela peatonal.
Aquí estuvo situado el antiguo Puente de Barcas. Actualmente ha sido sustituido por una nueva pasarela peatonal sobre el río San Pedro. En la Guerra de la Independencia el general Alburquerque al frente de las tropas españolas manda destruir la Carretera Real y puente de barcas a su paso en la retirada a la Isla de León. El objetivo era no dejar pasar al ejército napoleónico. Décadas después, para el proyecto de la vía férrea Jerez-Puerto de Santa María se construyó el primer viaducto de metal. Aun se pueden ver restos del antiguo puente.
Al otro lado del puente está la venta el Macka.
El camino continua detrás de la venta. Aquí también acaba (o comienza si vamos en dirección contraria) el sendero Pinar de la Algaida - Salina Desamparados que acabamos de recorrer. Nuestro próximo destino será el Centro de Visitantes Casa de los Toruños.
Por este corto tramo que va desde la venta hasta el Centro de visitantes transcurre el Itinerario Botánico Casa de los Toruños.
Encontraremos una serie de paneles informativos que nos ayudan a identificar distintas especies botánicas típicas de este paraje de marismas.
Algo mas adelante vemos a nuestra derecha la antigua entrada al Parque Metropolitano Marisma de los Toruños desde la zona de Valdelagrana. Actualmente se entra por el Centro de Visitantes situado a muy poca distancia. A partir de aquí comienza el sendero Los Toruños.
El sendero de Los Toruños se adentra en uno de los paisajes más representativos de la Bahía de Cádiz: las marismas. El río San Pedro lleva sus aguas hasta la playa de Levante. En su recorrido, alimenta con multitud caños a estas marismas. Las de los Toruños son las que presentan una menor transformación por el hombre, presente en casi todos los rincones de este espacio, y que ha vivido aquí durante siglos.
Para evitar el posible daño de los recorridos por el parque, se han diseñado una serie de elementos de madera a base de traviesas de ferrocarril recicladas.
Llegamos al Centro de Visitantes Casa de los Toruños, el principal equipamiento de recepción e información de este Parque Metropolitano. En sus instalaciones se ofrecen distintos servicios como zona de interpretación y exposición permanente.
Area de descanso del Centro de Visitantes
La exposición nos mostrará multitud de hechos y acontecimientos que han marcado la historia de la Bahía de Cádiz.
"Una historia de Agua y Fango". En ella se ofrece una muestra para conocer las características del patrimonio natural, cultural e histórico del Parque.
Continuamos nuestro camino.
El sendero Los Toruños es un trayecto lineal, que concluye en la Punta de los Saboneses. Pero presenta alternativas por las que podemos optar. Una de ellas será desviarnos por las distintas pasarelas y pistas que conducen a la playa de Levante. La otra es continuar por el puente de madera que enlaza con el sendero de La Algaida. Haremos todas ellas.
Pasamos el Caño del Bote
Pasado el Caño del Bote está el primer ramal de los tres accesos que encontraremos hacia la Playa de Levante. Nosotros entraremos en todos.
Durante la primavera y buena parte del verano, se reproducen en la playa el amenazado Chorlitejo Patinegro (Chatadrius alexandrínus) y el Charrancito (Sterna albifrons), que establece aquí una de las mayores colonias de cría a nivel nacional.
Vista de la Playa de Levante hacia Valdelagrana.
Y mirando hacia Cádiz.
Regresamos al carril principal y mas adelante entramos en el segundo de los tres accesos a la playa de Levante.
Damos la vuelta.
De nuevo salimos al carril principal.
Cruzamos un puente de madera sobre el Caño del Caserón. Esta zona de marismas es conocida como el Coto de los Saboneses.
Llegamos a un cruce donde se encuentra la torrre-mirador Punta Saboneses.
En el interior hay una escalera que nos lleva hasta el piso superior.
Desde la altura de este mirador, podremos contemplar cuatro vistas a través de sus ventanas. Al sur tenemos la Bahía y la ciudad de Cádiz. También vemos el camino que nos llevará hasta la Punta de los Saboneses.
Al oeste la última entrada a Playa de Levante.
Hacia el noreste, se nos presenta la flecha litoral de Los Toruños casi en toda su extensión. Una flecha litoral es una zona en la que a lo largo de los siglos se han ido depositando arenas y fangos por parte de ríos y el propio mar. En este caso, el río Guadalete, y el Río San Pedro como antiguo brazo de este río, fueron depositando los fangos que han formado las marismas.
Al este y sureste queda el río San Pedro y en su otra orilla el extremo sur del Pinar de la Algaida y el campus universitario.
Antes de continuar todo recto hacia la Punta de los Saboneses tomamos a nuestra derecha la tercera y última entrada a la Playa de levante. Aquí las traviesas de madera no están en muy buen estado y es mejor transitar por tierra.
Regresamos hasta la torre-mirador y enfilamos hacia la Punta de los Saboneses y final del sendero Los Toruños.
Ahora hay que ir por la pasarela para salvar un ramal del Caño de la Casilla.
Cangrejo violinista o "boca de la isla" (Uca tangeri). El macho tiene una pinza de gran tamaño y de color blanquecino, habitualmente la derecha, que sirve para atraer a las hembras para la reproducción y marcar su territorio. La otra pinza es muy pequeña y es la que usan para comer y cavar. La hembra carece de esta gran pinza y solo tiene dos más pequeñas.
Punta de los Saboneses y final del sendero Los Toruños.
El Puente de la Constitución de 1812 o "puente de la Pepa".
Astilleros de Navantia y el Puente Carranza.
En las inmediaciones se instaló la batería francesa de la Punta de los Saboneses. Apenas quedan restos de las baterías que se construyeron en la época napoleónica. En el Parque Metropilitano se ubicaron un total de seis fortificaciones.
Damos la vuelta.
Desde el sendero principal de los Toruños y a la altura de la segunda entrada a la Playa de Levante tomamos un camino a nuestra derecha que nos llevará de nuevo hacia el Pinar de la Algaida.
Para llegar al pinar hay que cruzar este largo puente de madera sobre el río San Pedro.
A la derecha tenemos un embarcadero.
El puente desde el embarcadero.
Al otro lado vemos el Pinar de la Algaida.
Y la torre-mirador de la Algaida.
Pasamos al otro lado.
Y ya estamos de nuevo en el Pinar de la Algaida, muy cerca del cruce que nos lleva al cartel de lagunas temporales que vimos en el inicio de nuestra ruta.
A poca distancia del puente sobre el río San Pedro se encuentra la torre-mirador de la Algaida.
Al este tenemos el Pinar de la Algaida.
Al oeste el río San Pedro y sus marismas.
Salimos de la pista principal que pasa por la lagunas temporales y pasamos por lo que fue el Muro de Vía de Decauville.
La vía Decauville es un tipo de ferrocarril de vía estrecha y desmontable inventado en 1875 por el francés Paul Decauville. Podía llevar vagones de pasajeros o vagonetas de carga.
El pequeño tren funcionaba con fuerza de vapor (máquina locomotora) o por sangre (bueyes, burros, caballos o incluso personas).
La desaparecida salina de San Fermín y San Francisco Javier, en las Aletas, al norte de la antigua carretera nacional IV, pertenecía a la familia Goyena-Derqui desde el siglo XVIII hasta su destrucción en el S. XX. Allí existía, además de la salina, un molino mareal popularmente conocido como "de Goyena" o "Molino Galacho".
El conjunto precisaba de una infraestructura industrial para el transporte de la mercancía (sal, harina y cereal) entre la finca y un embarcadero, lo que justificaba la necesidad de la instalación de una vía estrecha desmontable, denominada "Vía Decauville", que en este caso llevaría vagonetas. De hecho el inicio del trazado de este pequeño ferrocarril enlaza los dos saleros de la Salina de San Fermín para luego llegar al embarcadero del Río de San Pedro.
Hoy de todo este complejo solo quedan las estacas del embarcadero en el Río de San Pedro junto a los restos de un "muro", un camino peraltado que permitía su trasiego en seco incluso cuando la marisma se viera inundada por las crecidas mareales. Sobre este "muro" se colocaba la vía desmontable, tipo Decauville, con sus vagonetas posiblemente tiradas por bestias.
Del embarcadero en el río San Pedro solo quedan algunas estacas.
El Molino de Goyena en la desaparecida salina de San Fermín.
Del Muro de Vía Decauville continuamos ahora por el sendero de la Vía Verde Matagorda.
Aquí estuvo ubicada la Estación de Empalme y vía férrea Jerez-EI Puerto-El Trocadero.
El primer Ferrocarril de Andalucía, conocido como "Tren del Vino", tenía como objetivo conectar Jerez y Cádiz, para facilitar el transporte de botas de vino de Jerez a los muelles de Cádiz, desde donde salían por barco hasta Reino Unido grandes cantidades del afamado vino Xerex-Sherry.
Este fue el primer proyecto ferroviario de España (1829-1830), aunque desde la redacción del proyecto hasta que se concluyó la construcción del primer tramo, en 1854,pasaron 25 años. Este primer tramo, comunicó Jerez y El Puerto de Santa María. Dos años después en 1856, se amplió la vía férrea hasta llegar al Trocadero.
El último tramo proyectado que tendría su fin en Cádiz, cruzando por Puntales, sin embargo, nunca se terminó. Es por esto que el muelle del Trocadero terminó siendo conocido como "muelle del vino", ya que en este punto se cargaban las botas del Sherry. Ya en 1860 existía una línea que conectaba Madrid con los muelles de Cádiz (pasando por San Fernando y Puerto Real) por lo que fue necesaria la construcción de una estación para el empalme ferroviario con cambio de aguja. En este mismo lugar, se pueden observar los restos de suelo de esta estación. Posiblemente es el primer empalme ferroviario español.
Allá por 1895, este tramo de ferrocarril, que une Puerto Real con los Astilleros de Matagorda, se utilizaba para facilitar el transporte de sus operarios. Es por esto que en los últimos años de funcionamiento, el tren pasó a ser conocido como "tren de Matagorda" ó "tren del Dique".
Continuamos por la Vía Verde Matagorda.
A nuestra derecha tenemos el sector este de las lagunas temporales.
Dejamos a la izquierda la Puerta de las Lagunas, otro acceso al parque situado junto a la nueva Escuela Superior de Ingeniería.
El Pozo de Baineros o de la Carnesería.
El Pilar de Baineros.
El camino gira a la derecha por un entarimado de madera.
Abandonamos la Vía Verde Matagorda y entramos por una pista terriza que cruza la Laguna de la Vega (cuando tiene agua)
Los restos del Cortijo de la Vega, caserío de la dehesa de La Algaida y situado muy próximo a la conocida como Laguna de la Vega. Su nombre proviene del arrendatario que ocupó la finca en el siglo XVIII, Francisco Guerra de la Vega, Marqués de la Hermida, el mayor poseedor de ganado del municipio de Puerto Real. De ahí que este entorno pasara a conocerse como el apellido de su poderoso arrendatario, "De la Vega".
La casa del gañán o guarda era tipo Caserón, o tipo algaida, de planta rectangular, con paredes de obra en piedra ostionera encalada. La parte baja del exterior y los vanos estaban decorados con cenefas en rojo almagra, de tradición mudéjar. La techumbre de este tipo de construcción era de juncos o eneas. En la parte trasera se situaba el pesebre, adosado a la casa.
La laguna temporal se denominaba en el S. XVIII laguna del "bainero". El llano se utilizaba para la cría de reses marismeñas, propias de las dehesas litorales, como los caballos, la vaca palurda (retinta)(del latín palus= humedal) y algunas especies endémicas de cabras, ovejas y asnos, singulares por resistencia al pasto salino y la sequía.
A lo largo de los años, la vivienda sufrió algunas transformaciones. Adosado a la entrada se realizó un banco para descansar, y en un lateral se colocó un lebrillo en una habitación que hacía las veces de baño. A mediados de!siglo XX, se realizaron tres grandes naves para vaquerizas dedicadas a la explotación de leche con vaca suiza, cuyos restos, ya muy deteriorados, fueron retirados hace unos años.
El cortijo antes de su restauración (foto del año 2012).
Perezoso detrás del cortijo.
Laguna de la Vega o laguna del "Bainero", en la Dehesa de La Algaida.
Regresamos al sendero que en pocos metros nos dejará en el inicio de nuestra ruta junto al Campus Universitario.
Nuestro recorrido
Para ver en el blog todas por marismas y salinas:
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