Paseo en Kayak por el saco de la Bahía de Cádiz. Partimos del club Elcano, pasamos bajo el antiguo puente de Carranza y paleamos en dirección a la Casería, en San Fernando. El motivo era participar en una ruta que pasaba por la Poza de Santa Isabel, con ocasión del 209 aniversario de la batalla naval de 1808. El fuerte viento de levante nos hizo desistir del agradable paseo por esas aguas y acabamos comiendo en el club de pescadores de Santibañez. Tras el posterior chapuzón y baño en la playita de la cercana área recreativa regresamos a nuestra base.
CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA
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Fecha | Junio 2017 |
Pueblos cercanos | Cádiz ciudad |
Paraje, Parque... | Parque Natural Bahía de Cádiz |
Comienzo | Club Náutico Elcano (junto al puente Carranza) |
Final | En el punto de inicio |
Distancia aprox. | 18 km |
Tiempo | 7 h. (baños y comida incluida) |
Trazado | Circular |
Partimos del club Elcano, en la ciudad de Cádiz.
El club Elcano está situado entre Puntales y el comienzo del puente Carranza.
Tenemos que rodear el espigón que protege de los temporales a las instalaciones del club.
Delante vemos el nuevo puente de "la Pepa".
La torre de Puntales, situada junto al Castillo de San Lorenzo del Puntal, que formó parte del sistema defensivo instalado durante la invasión napoleónica.
Rebasamos el espigón y giramos 90º en dirección al antiguo puente José León de Carranza.
Ya estamos al otro lado del puente.
Estamos en el "saco de la Bahía" y el viento de levante comienza a apretar con la subida de la marea.
Enfilamos el rumbo hacia la playa de la Casería que vemos al frente junto al "atentado urbanístico" de las "tres torres".
A nuestra derecha tenemos Punta Cantera, un lugar con mucha historia.
Aquí nos esperaban algunos compañeros del club náutico Casería de Ossio y del club San Fernando Kayak.
Como ya comenté en el inicio, nuestro objetivo era una ruta por la Poza de Santa Isabel, muy cercana a esta zona de la Bahía de Cádiz, coincidiendo en estos días con la Feria de San Juan.
Hablaré un poco de la batalla de la Poza de Santa Isabel sin entrar en detalles. Tras la trágica batalla de Trafalgar que enfrentó en 1805 a los entonces aliados hispanos-franceses frente a la armada inglesa, permanecieron en la Bahía de Cádiz seis navíos franceses y parte de la diezmada escuadra española. Los franceses, al mando del almirante Rosily, como aun eran aliados, no podían abandonar la bahía debido al bloqueo inglés, obligándolos a permanecer refugiados en estas aguas durante tres años, en la llamada Poza de Santa Isabel. Con la entrada, en febrero de 1808, del ejército napoleónico los franceses pasaron de ser aliados a convertirse en enemigos de España.
El Marqués de Solano puso a algunas pequeñas embarcaciones a vigilar a los buques franceses pero al poco tiempo murió asesinado. Lo sustituyó el Capitán General Don Tomás de Morla que mandaba disponer los medios necesarios para que llegado el momento apresara o destruyera la escuadra francesa. Tras una reunión con las autoridades, el día 30 de mayo se acordó separar los buques españoles de los franceses, quedando preparados para el combate, aunque oficialmente todavía no había ninguna hostilidad por ambas partes.
Situación de las escuadras en la Bahía de Cádiz (carta náutica de Vicente Tofiño).
Rosily, quien sólo confiaba en la llegada por tierra de refuerzos por parte de los imperiales intentó por todo medio ir retrasando el inevitable enfrentamiento. Apodaca fue el encargado de organizar la fuerza de combate, quedando en total tres divisiones de 15 cañoneras cada una.
El plan era que las cañoneras fueran en primera línea; detrás las bombarderas, fuera del alcance de los franceses, y más atrás los botes auxiliares con tropas y pertrechos listos para abordar o sacar a remolque cualquier buque de la zona que se pudiera. El Príncipe de Asturias de 112 cañones y el Terrible de 74 darían apoyo al conjunto. También se organizó una serie de banderas de señales para estar coordinados con los navíos, baterías y fuerzas sutiles (embarcaciones cañoneras). Posteriormente se sumó al combate el navío Argonauta en La Carraca.
Maqueta de una embarcación cañonera empleada por la armada española para el abordaje de la escuadra francesa, por su maniobrabilidad frente a los navíos de línea.
El 9 de Junio Morla envió una advertencia a Rosilly, instándole a una rendición incondicional en el plazo de dos horas o de lo contrario: "...soltaré mis fuegos de bombas y balas rasas (que serán rojas si V.E. se obstina)". Rosily se negó a rendirse. Así pues, se inició el ataque desde las baterías y por las fuerzas sutiles (embarcaciones cañoneras). Los franceses estaban bien situados y lograron rechazar el ataque, que durante cinco horas intentaron infructuosamente rendirlos. Dejando un balance de 5 muertos y 50 heridos en el bando Español y 12 muertos y 51 heridos en el bando Francés.
El día 14 de junio se volvió a intimar a la rendición de la escuadra francesa sin condiciones. Rosily era sabedor de que no podría resistir mucho tiempo, de modo que durante el trascurso de la mañana los pabellones franceses fueron sustituidos por los españoles. En total se entregaron 3.676 prisioneros y un botín de 5 navíos de línea y una fragata, armados con no menos que 456 cañones, numerosas armas individuales, gran cantidad de pólvora, municiones y cinco meses de provisiones.
Maqueta de navío de línea francés similar a los seis rendidos en la Batalla Naval de 1808 en la Real Isla de León.
Los prisioneros franceses fueron confinados hasta en nueve barcos, desprovistos de todos los elementos de navegación, conocidos como "pontones". De esto escribiré mas en otra ocasión.
Dibujo de Adolfo Valderas sobre una de las nueve embarcaciones usadas como prisiones (pontones) en la Bahía de Cádiz.
Como el viento de levante no amainaba decidimos navegar hacia Santibáñez.
A orillas de la bahía vemos el antiguo molino de mareas de la Roqueta.
Desembarcamos en el club de pesca de Santibáñez.
Una vez comidos y con la cantidad necesario de cerveza en el cuerpo embarcamos de nuevo.
Y desembarcamos de nuevo a poca distancia en el área recreativa de Santibáñez.
Roberto Yañez (en el centro del grupo) construye kayak de madera de excelente calidad, navegabilidad y maniobrabilidad. En la foto lo vemos sometido al "banco de pruebas" del grupo y no hubo manera de hundirlo.
Se acabó el relax y volvemos a embarcar. Los compañeros de San Fernando ponen rumbo a la Isla de León.
Y los demás continuamos hacia Cádiz.
Pasamos bajo el puente José León de Carranza.
Rodeamos de nuevo el espigón del club.
Fin de nuestro recorrido.
Trazado del recorrido sobre Google Earth
Para ver en el blog todas las rutas en kayak:
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